Mi abuela decía «habría que acabar con los uniformes que le da la autoridad a cualquiera, ¿qué es un general desnudo? y tenía derecho a hablar así porque estuvo casada con un coronel que era un hombre valiente que solo tenía miedo a los pendejos. Un día le pregunté ¿y por qué? Y me dijo: porque son muchos, no hay forma de cubrir semejante frente» Bendito seas, Facundo Cabral.
Escuchadlo con gusto y con atención, por favor, es genial. Hace un recorrido por pendejos y pendejerías que nos resuenan a todos por conocidos de cerca y de más lejos, anónimos y populares. Pendejos, si señor, qué buena palabra. Y una vez visto me río de ellos por pendejos y no sigo en la queja de sus pendejadas para continuar en la idea de no atraer, conscientemente, más lamento. Y también es buena la palabra porque nos aleja de nuestro «gilipollas» que genera otra energía ¿a qué sí?
Ahí va el enlace: http://www.youtube.com/watch?v=E9ixQWQ76xM
Gracias, Sabio Cabral por tu humor lúcido.