LO QUE VIVIMOS AFUERA REFLEJA NUESTRO INTERIOR

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Lo de afuera nos refleja lo de adentro.

Individual y colectivamente.

Si, la teoría la sé y sin embargo, hay veces, muchas, que en lo cotidiano se me olvida. Sé también que no soy la única, ja, ja. Y también sé que a veces, no gusta la idea.

Hoy vengo a compartir una grandísima toma de conciencia que viví ayer.

Estoy segura que durante todo este tiempo de crisálida desde marzo, a cada uno se nos han movido emociones varias. Y es curioso porque a cada uno se le han movido en virtud de sus “miedos”. Personalmente en ningún momento he tenido miedo al “bitso” porque sé cómo funciona así que por ahí yo he estado bien tranquila… y sigo estándolo. Eso sí, miedo a las consecuencias sociales… a ratos mucho. Miedo a las consecuencias económicas… a ratos también el suyo.

Sin embargo, durante todo este tiempo de “a-normalidad”, una de las cosas que me ha movido más, ha sido la sensación de tener que pagar el pato por el miedo de otros.

He disfrutado del regalo de compartir todo lo que se iba moviendo con una amiga genial que tiene, entre otros dones, un ojo clínico para pillar al ego en todas sus versiones. Y gracias a que desde el minuto 1, aquel 14 de marzo, nos propusimos estar muy atentas a lo que se nos movía por dentro para verlo, revisarlo, comprenderlo e integrarlo, el aprendizaje está siendo fantástico y muy revelador.

Como esa sensación de que por el miedo de otros yo tengo que pagar las consecuencias no terminaba de irse del todo aunque ya estaba muy mitigada (porque comprendo el miedo. Yo lo tengo igual. A otras cosas, sí. Pero el miedo es el mismo) seguía muy atenta a mi sentir.

Ayer por la mañana dediqué un rato a hacer una hipnosis guiada que nos proponía nuestra profe, Esperanza Castelló, en el Master de Integración de Identidad que estoy haciendo. Ya la había hecho otro día pero sentí que no me había permitido estar del todo a la escucha de mi sentir y de las respuestas que mi inconsciente me pudiera ofrecer. Sin embargo ayer fue muy diferente y las respuestas que me fueron llegando iban actualizando la información de mis células y yo iba sintiendo paz y tranquilidad.

En esa hipnosis apareció una tía, de la que soy doble por fecha de defunción y con la que comparto – aunque yo he tenido tiempo de ir acompañándome en el proceso de sanación – una enfermedad en su tiempo y en el mío, de esas que llaman “rara”. Esa tía, una hermana un poco más pequeña que mi padre, murió en el parto después de haber tenido 8 abortos en 4 años que estuvo casada. Murió con 23 años. Su muerte fue vivida como una tragedia sobre todo por su madre, mi abuela.

Aunque pueda sonar raro, sé que lo que iba viendo y escuchando no eran alucinaciones. Era información ocultada que se iba revelando.

También apareció la abuela que decía: “se murió por darle gusto a él” – al marido, supuse.  Y también aparecieron los 8 seres que no llegaron a nacer que sentí que decían: “mamá murió por nosotros” Y cuando lo escuché sentí que ahí había mucha culpabilidad, pasiva o activa, igual me da. La energía es la misma: alguien se siente culpable o hace culpable a otro. Mi amiga con el ojo clínico y siempre atenta a lo que hablamos, podría decir: “y como el otro no existe, siempre te sientes culpable tú mismo”.

Culminé la hipnosis muy tranquila, comprendiendo e integrando cositas que no había visto. Un gusto.

Pero me quedé pensando, “qué casualidad que esta mañana haya escuchado a Cinda Brandolino hablar del aborto y ahora aparezcan 8 seres abortados” No le dí más bola al pensamiento aunque me quedé con la sincronía y como sé que nunca es porque sí, sabía que antes o después se revelaría lo que había oculto detrás de esa sincronía.

Y tardó menos y ná. Y allí se desplegó todo.

A la misma edad que murió (23 años) esa tía con la que tengo resonancia y había aparecido en la hipnosis, yo había hecho un aborto voluntario. Esto ya lo había visto e incluso hecho prácticas para liberar emociones que estaban hechas un gurruño, como la culpa por ejemplo. Pero siempre había sido desde mí, desde mi posición.

Ayer lo ví y sentí profundamente desde el lado de ese ser que yo, por mis miedos, sobre todo por el miedo a las consecuencias – para mí – no permití que llegara a nacer. Y al escucharme esa frase «por miedo a las consecuencias para mí, no permití que llegaras», de repente, fue como que en lo que estaba viendo, alguien hubiera encendido mil focos de luz.

¡Uau, eso es!

Ahí estaba escondido el proyector interno de lo que yo había sentido muchas muchas veces a lo largo de mi vida y que me había removido tanto en este tiempo de crisálida. Lo veía reflejado fuera porque dentro estaba en la sombra, escondido bajo mantos de culpa y miedo.

Y así, en un ciclo que puede ser eterno si no le ponemos conciencia, por no volverme a sentir culpable, hacía culpables a otros afuera de que yo tuviera que pagar consecuencias de algo que, según yo, no me concernía. ¡Vaya si me concernía!

Claro, luego seguro que si me pongo a buscar, ya hay alguien más, arriba en el clan, que «sufrió» esa misma sensación. Seguro. Y seguro que tampoco es «casual» la repetición de que a los 23 años mi tía muera de parto y yo a los 23 «decida libremente» – ¡qué ilusos! – abortar (para no morir porque la información heredada es de que te puedes morir en el parto y el inconsciente está bien atento a aquello que siente que va contra la supervivencia).  Seguro. Pero ahora no se trataba de buscar otros responsables para yo no asumir el 100% de la responsabilidad de mis acciones.

«Curiosamente» no me sentía culpable, ni triste. Al revés. Sentí  una hermosa sensación de comprensión, de alegría, la sensación de que un gran nudo se había liberado.

Como decía esta amiga desde el principio: “yo sé que todo esto es para perdonar”. Fue un día mágico de perdón. De perdonarme, de recibir la sensación vívida de ser perdonada.

Todo un regalo con el que mis células siguen vibrando.

Ah, en la hipnosis también fui informada de la necesidad del órgano que estaba atendiendo. 3 palabras que desde ese momento me acompañan como faros a la hora de percibir:

ACEPTACIÓN – GRATITUD – TRANQUILIDAD

 

Gracias, gracias, gracias, viajeros de luz.

Es un placer saberles cerca. 

2 comentarios en “LO QUE VIVIMOS AFUERA REFLEJA NUESTRO INTERIOR

  1. Querida..(no se ni tu nombre y me disculpo e antemano) sigo tus textos desde hace años.. y a veces se me pierden en el mail y a veces aparecen mágicamente como lo acaban de hacer hoy. No deja de sorprenderme la sabiduría de nuestras células, del ser entero .. de tener todo grabado como unidad y se requiere muchísimo valor para aceptar para empezar y te admiro profundamente por eso y por compartirlo también. Bendiciones hoy y siempre..

    1. Gracias Montserrat. Mi nombre es Cruz, para que me puedas nombrar, ja, ja. Gracias infinitas por tus palabras y bendiciones. Bendiciones que cuando se dan se hacen extensivas para todos. Un placer que te sirvan y me alegro de la magia que hace que en nuestros correos entre lo que nos nutre cuando verdaderamente nos es útil para ese momento. Un gran abrazo

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