Cuando el poder quiere sumirnos en la desconfianza, en el miedo, en la sumisión… podemos ofrecer otro tipo de respuesta que hará que las cosas cambien.
Esta vez nos toca dar una respuesta de re – evolución, que no revolución. No se trata de luchar contra unos para ponerse otros, que es lo que trae el revolutum de la revolución, un revoltijo ¿no?. Así que si esta vez se trata de e-v-o-l-u-c-i-o-n-a-r, dar un paso más pues empecemos por el principio: y el nudo gordiano está en el poder, en el moverse en la esfera del poder. Y el que más y el que menos ejerce algún tipo de poder: es alucinante ver a los padres nuevos con los niños y a estos con los padres nuevos… ¡vaya guerra de poderes! … de ja, ja si no fuera por las consecuencias.
Bueno, el caso es que para empezar a disolver ese «poder» una nueva respuesta es SERVIR. Es una palabra con muy mala prensa, poneos un momento a pensar en la palabrita y se os vendrán a la cabeza connotaciones… la mayoría peyorativas ¿a qué sí?: las mamás de muchos empezaron su vida laboral sirviendo en casa de… y los papás servían a la patria en el servicio militar … por poner dos de los significados de la palabrita. Así que seguramente el «servicio» no está muy bien integrado en nuestra estructura.
Incluyo la transcripción de una respuesta a propósito de El Servicio al director de una escuela de Medicina Tradicional China, el doctor J.L.Padilla, es posible que ayude a clarificar un poco el sentido de ese servicio que El Universo entero hace sin pedir nada a cambio y sin que se le caigan los anillos en ningún momento. Solo hace falta contemplar la generosidad de una sola planta de calabacín: qué hermosura ver cómo crecen en tan poco tiempo y qué ricos y qué maravilla de patrón tienen en la pulpa… Toda la Naturaleza sirve y sirve … Solo hace falta fijarse para ver cómo lo hace. Contemplación.
Ah, por cierto, he elegido este tema también porque a mi edad, 52 años, es muy normal que estemos en periodo de servicio a padres… para poner las cosas en su sitio que a veces se confunden las palabras.
PREGUNTAS Y RESPUESTAS 21.06.12
P: Con esta vida moderna llena de reglas, normativas, leyes o patrones que regulan casi toda la conducta del ser humano muchas veces lleno de rigidez y rigor, ¿es válido que el servicio sea sometido a dichos condicionamientos?
Dr. J. L. Padilla: Desconozco a qué servicio se refiere pero en general el Servicio debe de ser lo más libre, lo más liberador que existe. El servicio nunca se puede someter a leyes, controles o parámetros de rigor porque entonces ya no es un servicio, lo hago por miedo, por… No, no, no. si yo digo “vengo a ayudarte mañana” pues vengo a ayudarte mañana, obviamente mantengo mi palabra pero vengo tranquilamente a ayudarte porque me apetece ayudarte, porque quiero ayudarte, quiero servirte porque necesitas ayuda y voy gustosísimo pero eso no significa que vayamos a hacer un contrato y que tenga que apostillarlo por La Haya o cosas parecidas. No, no, no…No.
Vamos a ver, si el servicio es la virtud superior como bien dice Lao-Tse en el Tao-Te-Ching no está sujeto a nada. En todo caso está sujeto a La Nada. Está sujeto a la dinámica del Tao, entonces no puede estar regulado por reglas, normas, leyes, dogmas, órdenes pero ¿dónde vas? No, no, no, no.
Yo les pongo un ejemplo: aquí hay grupos de personas los fines de semana que, libremente, deciden venir – precisamente hablando de alimentación – a cocina y forman un grupo de cocina, “ah, pues nosotros somos un grupo de 6 personas y nos comprometemos libremente porque queremos servir, queremos vivir la experiencia de la cocina, queremos servir a los compañeros y vamos a venir 1 fin de semana al mes” Ah, pues estupendo, pero llega el fin de semana a, b, o c y de las 6 personas vienen 3, por ejemplo. Ah, pues rápidamente compensamos con las personas que viven en Tian, con los responsables de este lugar y no pasa nada, a nadie se le llama, a nadie se le reprocha, a nadie se le castiga, por supuesto, faltaría más. A nadie. No ha venido pues no ha venido. Ni se pregunta por qué no ha venido. No habrá venido porque se habrá arrepentido, porque no querrá… yo que sé. Es muy libre.
Si el servicio no es libre, miren apaga y vámonos. Un servicio que esté comprometido por normas y leyes es una esclavitud, es la peor esclavitud, hacerte creer además que estás haciendo una cosa virtuosa pero con perdón, acojonado.
Obviamente yo tengo que saber en qué me comprometo, “¿tú te comprometes a esto?””Si, pues vale” “yo puedo una hora al mes venir a podar los geranios” “ah, muy bien, ¿te apetece, te gusta, te agrada? Pues ven a podar los geranios una vez al mes.
Siempre el servicio debe ser además gratificante, no obligatorizante – aunque no exista la palabra – gratificante y sin órdenes. No, no, ¿de qué? Vuelvo otra vez a los grupos de cocina, los grupos de cocina que vienen aquí cada fin de semana, yo les saludo hola cómo estáis, se les deja los productos y el grupo decide qué alimento y qué prepara y por la noche ceno con el grupo y hablamos y comentamos pero no hay que dar ninguna orden a nadie, a nadie. Ahí está la despensa, obviamente se procura que la despensa esté bien surtida y los colegas que obviamente tienen una guía dentro de la cocina porque vienen además de a servir, a aprender, pues tienen una guía, hay una persona que dirige un poco “ah, pues vamos a poner una ensalada así o asao, hablan comentan, tranquilamente, recogen, terminan y hasta el mes que viene.
Esa es la directriz en la Escuela Neijing. Ahora bien, me consta que algunas veces en algunas de las escuelas Neijing, la idea del servicio se plantea ¡como si estuvieran haciendo el servicio militar! Eso no tiene nada que ver con la Escuela Neijing, no.
Hoy por hoy, la escuela Neijing a la que pertenezco porque soy la persona que tuvo la encomienda de fundarla y hoy por hoy la responsabilidad de dirigirla, tiene unos criterios muy claros en torno al servicio. Es absolutamente liberalizador, no tiene ningún compromiso obligatorio y cualquiera obligatoriedad que exista sobre el servicio es una farsa en nuestro caso. En nuestro caso ¿eh? Eso no quita para que las personas sean responsables en lo que dicen, en lo que quieren, pero yo no puedo obligar, ordenar a las personas que hagan un servicio o que no quieren o que se sienten incómodos o… No, no, no. En absoluto.
Ahora tenemos en los mandos técnicos por ejemplo a Abraham, El Mago y no está ahí sirviendo obligatoriamente, no, no. El Mago es el encargado, libremente, de la técnica de la emisora, entonces ellos se distribuyen, se organizan los programas y van y vienen, unas veces está uno, otras veces está otro pero yo no tengo que dar ninguna orden, en absoluto, ninguna orden. Ni entre ellos hay órdenes, hay compromiso hasta un determinado nivel, es decir que mañana Antonio José se tiene que ir a cenar y se va a cenar tranquilamente y está todo el día o está una semana fuera y ya entre ellos se acomodan, el caso es que el servicio de la radio se mantenga técnicamente. Pero no por obligación sino por “puritico” gusto, puritico gusto.
Aquí nadie sirve por obligación, esta es la referencia de la Escuela Neijing, Tian CB, nadie, nadie es nadie, nadie sirve por obligación. La persona que sirve en alguna actividad lo hace por gusto, por evidencia que hay que servir y por necesidad de convivencia pero nada de obligación. Nada de imposición, ninguna regla, ninguna orden. Se dice “toca limpieza el lunes” pues se distribuyen las personas por sectores porque previamente se ha hablado y se ha discutido “oye ¿cómo vamos a limpiar?, ah por sectores, ah pues a mí me toca este o el otro… ah, muy bien” y cada cual va a hacer su limpieza y obviamente luego hablamos de los métodos, de las formas, de cómo mejorar, etc, etc, obviamente tenemos que tener el habitáculo limpio porque higiene y limpieza es salud y además recibimos a personas constantemente, es lo normal.
Entonces no hay que poner ninguna ley, pero ¿ley de qué? El servicio no admite leyes, admite el compromiso generoso, amoroso, tranquilo sin pasar lista, sin pasar orden. Una persona que dice que sí y luego es que no, pues luego que no, no pasa nada. Antes, hace años claro, era habitual que de los cursos de MTC siempre saliera algún grupo que quisiera hacer cocina, ya hace algunos años que no pasa, que no sale ninguno ¿por qué? Porque han cambiado las normas sociales y culturales y a esas personas no les apetece aprender cocina, venir, estar y bueno laborar porque es un esfuerzo que hay que hacer – y no les apetece y no pasa nada. Nosotros que somos los que estamos totalmente comprometidos con la Idea compensamos esa carencia entre comillas y por supuesto sacamos adelante la cocina. Pero ¿cuál es el problema? No, no, no. Y no hay queja, “ay qué ver, ya no hay gente que quiera servir” No, no, ¿no hay?pues no hay porque han cambiado las condiciones culturales, sociales e ideológicas de las personas y bueno, pues ya está. Creo que eso debe de quedar como muy claro y eso es una directriz, una sugerencia de nuestra escuela.
Que luego en otros sitios, en otros lugares, las cosas se plantean de otra manera… bueno, todo el mundo es muy libre de plantear las cosas como quiera pero llamen a la cosa por su nombre, eso sí es importante, yo planteo las cosas de otra manera pero no les puedo llamar servicio según la Escuela Neijing. No, llámenle servicio según mi criterio, según lo que yo creo que es mejor, ah bien, perfecto pero que se sepa muy bien cómo es.
Por lo menos desde nuestro punto de vista, si el servicio no es disfrutante, no es generoso, no es grato y está sujeto a órdenes, a rigideces, eso no es servicio, eso es una vulgar actitud de ordeno y mando, de poder y con perdón estoy hasta los huevos, hasta las cojones del poder, no es que me aburra sino que me tensa, porque a partir del poder viene el sufrimiento y a partir del sufrimiento viene la enfermedad y como sanador no quiero la enfermedad, no quiero el sufrimiento, como sanador aspiro a que todo el mundo sea saludable,
Entonces cada vez que veo cualquier ejercicio de poder así justificado “es que si no ejerzo poder, las personas no obedecen o no hacen” algo enervante, algo enervante porque estamos repitiendo, y no es afán de la Escuela Neijing repetir, estamos repitiendo lo mismo que ha llevado a esta humanidad al estado en el que está, con hambre, con miseria, con guerra y yo ¿cómo voy a llevar esa vaina?
En absoluto, cómo voy a obligar yo a una persona con normas, leyes y reglas e historias raras a que sirvan…no, no. ¿Usted quiere echar una mano? Bien. ¿Usted no quiere? Bien, también. Y cuando se establezca una colaboración… es una colaboración, que dura un día… un día, que dura 20… pues 20, no hay queja. Uno se tiene que meter en lo que puede y en lo que sabe “Manolete, Manolete, si no sabes torear ¿para qué te metes?” ¿no? las cosas son como muy claras en nuestra concepción de la escuela.
Ahora que después se introduzcan variables y cosas, por supuesto, soy consciente y las conozco, tampoco soy un ideólogo que está aquí sentado hablando “tolta” como diría X y no me entero de lo que pasa, por supuesto que me entero de lo que pasa pero precisamente para no entrar en criterios de poder a mí no se me ocurre llamar a un custodio o a un profesor encargado y montarle la bronca porque es un dictador, no, en absoluto. El sabe cómo tiene que hacer las cosas, todo custodio y todo profesor encargado ha aprendido cómo tiene que hacer las cosas, si luego las quiere hacer de otra manera eso ya es asunto de su consciencia pero él sabe cómo se hacen las cosas aquí porque él las ha visto cómo las hace y cómo las desarrolla un servidor, ha aprendido ¿Qué luego haga otras cosas y que piense que son mejores…? Ah, bien, bien, yo no voy a ejercer ningún poder de ningún tipo. En absoluto, en absoluto. Y llamar a alguien y regañarle “oye mira, que me han dicho…” No, no, no. Usted sabe que es custodio o profesor encargado y sabe que lo prioritario o fundamental es que no ejerza actitudes de poder, eso es prioritario para no generar competencias. Usted trabaje en lo evidente, en la sinceridad permanente y comprométase con aquello que usted pueda hacer. Que luego aparecen personas que ayudan… estupendo, estupendo.
No hay ni un solo curso que se organice en la escuela Neijing aquí en Tian que un servidor no sea capaz de darlo. Nunca convoco un curso que no sea capaz de darlo yo personalmente, es decir, que si por alguna razón el profesor que libremente ha accedido y que libremente le gusta hacerlo, no puede o no quiere o se va … pues que se vaya, eso ha ocurrido más de una vez. ¿Quién se hace cargo de ello? Un servidor. Hace poco se acabó el programa de belleza, por razones X ¿quién se hizo cargo del programa de belleza? Un servidor, ahora lo hacemos en tv de otra manera. No hace mucho el grupo de teatro, libremente que hacía Teatradio en la emisora pues entraron en conflicto convivencial e imposible ¿quién se hizo cargo del programa? Un servidor. Es decir, ni un solo programa – que los hacen los colegas maravillosamente – no programo ninguno de ellos que no sea yo capaz de hacerlos, con esto no me siento ni superman ni nada, ojo, cuidado, en absoluto pero sí “Manolete, Manolete, si no sabes torear ¿pa´qué te metes?” no me meto a hacer una cosa que yo no sea capaz de hacerla, luego obviamente no la haré con la misma diligencia y virtud que los colegas que ya están muy preparados en eso pero por supuesto el proceso saldrá adelante, vamos, faltaría más, sin ninguna penalización y sin ningún nada. Ahora toca esto, pues esto.
Les estoy poniendo ejemplos muy recientes, muy constantes, y entonces no pasa nada. “Fulanito no viene porque…” no pasa nada, me tocará a mí y si no hay otro colega que se ofrece o lo que sea, eso es un servicio.
Seamos servidores auténticos, liberados y entregados de verdad sin la prosopopeya de ningún mandato ni ninguna historia porque si no lo que estamos haciendo es más de lo mismo, de lo que hay y que lleva a esta humanidad a cómo está, tampoco hace falta que digamos cómo está, es evidente, nosotros tratamos de hacer otra humanidad pero en miniatura y colaborar en que las cosas que evidentemente a todos nos abochornan como el hambre, como el deterioro, como el ver que todo el afán es dar miles de miles de millones para que un banco sobreviva y apenas si cuesta soltar un penike para el hambres pues claro, eso a todos, a todos los que tengamos un mínimo de sensibilidad nos afecta enormemente pero cambiar esa consciencia bancaria cuesta, cuesta… y no sabemos si se cambiará o no y a la hora de trabajar por el cambio no vamos a obligar ni nos vamos a meter con nadie ni vamos a ir a matar a los banqueros…no, no, no, al poder no se le trata combatiendo con otro poder porque simplemente se cambia un poder por otro ¿no? y vaya historia… se quejaban de la dictadura de Batista y este señor lleva 60 años con la dictadura… joder pues Batista era un boyscout ¿no? por poner un ejemplo que hay miles de ejemplos, entonces no, no.
Fuente: Programa Preguntas y Respuestas al sr. Asesor. 21.06.12. Kundalini Records.