Es algo que a los occidentales nos cuesta horrores aprender, integrar… Uno no sabe el qué, ni dónde, ni cuándo… uno sabe que es y ya. Lo demás no es terreno humano sino divino y cósmico abierto a la casualidad, a la señal, a … dejarnos de creer el ombligo del universo.
Teniendo la certeza que será… seguimos en nuestro hacer desapegándonos del control sobre el cuando, el como, el con quién… y ni siquiera esperamos… porque el que espera – como el del cuento – des-espera y la des-esperación no es buena consejera, siempre hay carencia, falta (de fe, de certeza, de confianza) y la carencia, la falta… ya sabemos qué trae: más falta, más carencia…
Nada, no trae cuenta.
Entonces…fe y ya. Lo demás no es cosa nuestra.
Gracias
NADIE SABE PARA QUIÉN TRABAJA
A Abdul le dijeron que en un oasis del desierto iba a caer un rayo que iluminaría a quien estuviera allí. Abdul se sentó a esperar. Pasaron las horas, los días, los meses, los años, hasta que, desesperado, exclamó: “¡Fui un idiota! ¡Era mentira! ¡Aquí jamás caerá un rayo!”. Montó en su camello y regresó a la ciudad.
Un paria se sentó a comer las sobras que Abdul había dejado y en ese momento cayó el rayo y lo iluminó.
Alejandro Jodorowsky
Ilustración: Boucq
Fuente: http://planocreativo.wordpress.com/2013/01/20/nadie-sabe-para-quien-trabaja-2/
