¡Es genial porque parece que el Universo nos lee el pensamiento! Hoy ha sido un día intenso, de mucho espejo, de mucho aprender, de poca «calma» por dentro, bullendo, como una puntita de ansiedad por llegar precisamente…¿a dónde?
Y abro el correo hace un rato y me encuentro este regalito de Carlos que comparto.
ALMAJAKE – JAKE AL ALMA 23-1-2013
CALMA
“Llegar es esa ansiedad por alcanzar algo, tenerlo, poseerlo.
Es una pequeña trampa, que se gesta como una idea de
consecución de perfeccionamiento”.
J.L. Padilla
Al buscar una imagen para «ilustrar» esa calma – la que me compartía Carlos era muy pequeña – elijo ese agua en calma pero en movimiento que incluyo, me ha encantado por la «sensación» que me transmite, imágenes había preciosas – .Al elegir una imagen te aparece detrás el blog o el lugar donde está la imagen y esta vez el blog se llama «diatrasdia»: en el camino inverso de la imagen al texto el mundo nos ha regalado esta reflexión de Regina a propósito de esa CALMA.
Gracias, qué gusto…
CALMA

Respira suavemente, cálmate, y olvida todo lo que te preocupa. A veces puede parecer complicado, pero trata de dejar tu mente en blanco, vacíala por completo, solo por hoy si quieres, pero hazlo, de verdad. Muy bien.
Y ahora abre los ojos y sigue caminando, pero muy despacio, no corras, no es necesario, no hay ninguna prisa, tienes tiempo. No tengas miedo, no huyas como sueles hacer. Eso es, despacio, fijándote en todo lo que te rodea. Has pasado miles de veces por ahí y nunca te habías fijado en ese pequeño detalle, ¿verdad? Las prisas no siempre son buenas.
Eso es. Tarde o temprano llegarás al final de la calle, no te desesperes, y no trates de precipitar tu llegada, te perderías todo lo que hay entre medias. Que es mucho, que es bonito y es importante que lo veas. Tómate tu tiempo.
Y ahora que por fin has llegado, y que has tardado más que otras veces, piensa. Sí, en todo lo que has visto, en lo que has sentido. Seguro que has descubierto miles de cosas nuevas.
Y es que a veces corremos demasiado, y nos precipitamos sin remedio, sin darnos cuenta y sin pensarlo.
Y a veces nos tropezamos con obstáculos que podíamos haber saltado sin problemas, pero que por nuestra prisa, por esa falta de paciencia que nos inunda, no vimos.
Recuerda, tranquilo. Avanza por el camino a un ritmo que te permita disfrutar de todo lo que sale a tu encuentro, de toda la vida que surge a tu alrededor.
No corras, no te precipites sin remedio hacia ese precipicio por el que un día caíste porque tenías los ojos tapados.
Fuente: http://diatrasdia-reginanm.blogspot.com.es/2012/12/calma.html