Estar bien afinado… ¡qué buena apreciación! Si lo aplicamos a nuestro ser sintiente… por cierto muy útil, pues nos habla de esa «mala costumbre» – inculcada seguro pero que seguimos manteniendo – de pretender hacer cosas perfectas, sin tomarnos el tiempo, ni la dedicación de afinarnos que es de la única forma que crearemos melodías geniales en nuestro hacer de vida.
Afinarnos. Y es ese tono afinado el que hará el milagro de afinar los «gallitos» – si hace al caso que a lo mejor no. Algunos investigan para afinarse a su manera… a otros les gusta que les afinen…Otros prefieren hacerse los tontos y no estar el día de afinación… hay para todo, eso es lo bueno.
Ese deseo de perfección provoca mucho dolor de cabeza e incluso hipertensión – por poner dos «señales» de nuestra biología para llamar nuestra atención. Ah, y mucho roce en las relaciones.
Gracias
