Hoy las sincronías vienen una tras otra: en la entrada anterior hablaba de la labor del finder con las muchas plantas con las que convivimos y al terminar encuentro este comentario de Alejandro Jodorowsky sobre el vivir con gatos y plantas.
Desde que conozco al Finder siempre hemos vivido con gatos hasta hace un par de años y tengo que decir que han sido mis mejores maestros de vida. Cuando estamos en la ciudad tenemos la suerte de vivir en un barrio que parece un pueblo todavía, con casas «viejas» pero casas, no pisos. En nuestra calle hasta esos 2 años que ya no vivimos con gatos, había 3 ó 4 matrimonios mayores que se sentaban al fresco a las puertas de las casas y charlaban… cuando llegué a este barrio me emocionaba ver que ¡todavía existía!.
En casa vivía un gato gato como el de la foto pero cuando yo le conocí ya era grande. Le habían capado así que era todavía mayor y muy chulo. A lo mejor llevaba todo el día panza arriba durmiendo en el sofá pero llegaba la noche y le daba igual, con lluvia, con nieve… se despertaba, se acicalaba y se ponía delante de la puerta, sentado, mirándola… como si mágicamente se fuera a abrir. Y efectivamente se abría. Salía a la calle, miraba a un lado, al otro… y se iba… ¿a dónde? ¡ah! misterio! el caso es que no volvía hasta por la mañana que me despertaba con sus «miaus» a la puerta. Y a mí no se me ocurrió nunca decirle «eh, tú, dónde has andado toda la noche… a saber con quién habrás andado…» Los mejores maestros.
Un señor muy mayor de esos vecinos estaba enamorado de este gato «es que es de chulo… mira cómo anda». El Hugo, que así se llamaba, se permitía el lujo de meterse en las diferentes casas… en una comía, en otra dormía la siesta – se metía por las terrazas – … ya le conocían…Se murieron todos esos mayores… ya no son bienvenidos los gatos auténticos… «no puedes dejar que salgan tus gatos así como si nada a la calle». Pues si no pueden ser libres, mejor no.
Suerte que tenemos otras oportunidades de convivir con ellos, no es lo mismo porque les vemos a ratos pero estos sin duda son libres, salvajes y es ahí donde más aprendemos. Sobre relaciones madre-hijos… daría para libro y pico, por ejemplo. ¡Qué regalo … solo por llevarles comida ellos nos dan su confianza y se expresan tal cual… genial!
Gracias
VIVIR CON GATOS Y PLANTAS

Alejandro Jodorowsky: Para mí ha sido esencial vivir casi toda mi vida acompañado por lo menos con un gato y con varias plantas. Aparte del maravilloso felino Kazan convivo con Satoichi, un bonzai liberado. Me regalaron el arbolito como si fuera un triste enano. Lo dejé crecer sin podarlo. Se estiró y se estiró. Ahora sus ramas casi llegan al techo: es una visión cotidiana de la alegría de vivir habiéndose liberado de los límites impuestos por los cultivadores. Kazan también demuestra su alegría, multitud de ronroneos, porque nunca le he impuesto cosas que contrarían su naturaleza. Puede dormir donde quiere, subir a la mesa mientras como, dormir conmigo ( y mi esposa), ser siempre tratado con cariño y respeto… Convivir con otras formas de vida que la humana es enriquecedor, nos hace humildes, responsables, comprensivos. Aprendemos otras formas de ser, no verbales (el gato) y no nómadas (la planta). A través de estos compañeros nos unimos a todas las diferentes formas de vida que pueblan nuestro planeta y el cosmos. Y más aún, nos unimos al animal y al vegetal (también al mineral) que habita en nosotros mismos.
Respuesta de Alejandro Jodorowsky a Plano Creativo