Esta entrada que comparto venía de abrir otra anteriormente y de ahí un enlace… y he llegado a esta. Al comenzar a leer ya encontré algo que me atrajo:
«nada que es auténtico permanece quieto, todo fluye. Sin embargo, todo flujo contiene un ritmo, y lo importante es que cada cual encuentre el suyo«
Y tan importante que cada uno encuentre su ritmo, su camino, su paso…Y eso que parece lo normal, lo lógico, lo natural… cada vez se «puede» hacer más difícil de lograr porque todo está tan reglamentado, tan protocolizado… que parece que no tiene uno derecho de salir de ese protocolo, de hacer lo que nos brote del alma sin tener que dar explicaciones a cada paso ni entrar en que «yo creo» en esto o no.
Cuando era pequeña – y después también, ahora menos – siempre había gente peculiar, personas que eran «muy suyas», que hacían X o Y de una manera o de otra… y te podían gustar más o menos pero era como que «teníamos el derecho» de ser diferentes cada uno (criticados claro pero para eso estaba el humor de cada uno). Ahora – no sé si soy objetiva del todo, es lo que veo – parece que «hay que ser» de una determinada y estipulada forma, sino estás fuera de sus «carpetitas» (bendito sea Dios, por otra parte ¿no?)
Y en la salud «el poder» ha hecho lo mismo, ha protocolizado lo que es saludable y lo que no. Claro, cada vez van bajando los niveles «saludables» para que haya más y más personas que no entren en esa carpeta y pasen a la de «enfermos» que necesitan tal o cual pastillita, tratamiento… – para la tensión, para el colesterol… (vean cómo han cambiado las cifras que eran normales hasta hace dos días)…Si lo ves desde fuera es de ja, ja. De no creer, y sin embargo ahí está.
Bueno, pues pa´ellos. Nosotros, a SER, cada uno su Ser, a su ritmo…respetándonos el proceso, el ritmo, la forma… Nos toca – o al menos así lo veo – compartir nuestra forma sin pensar que es la única, ni la mejor, ni … y para compartirla hemos de llevarla a cabo desde nuestra originalidad. Si no, ¿qué compartimos? ¿lo que mandan los canones?
¿A que no?
Gracias
LAS TRES REGLAS DE RUEDIGER DAHLKE RELACIONADAS CON LA SALUD
Ruediger Dahlke nos enseña que “el estado de salud no se puede alcanzar del todo porque no es una meta inamovible, de la misma manera que nada que es auténtico permanece quieto, todo fluye. Sin embargo, todo flujo contiene un ritmo, y lo importante es que cada cual encuentre el suyo. Cada persona es diferente, por lo tanto no existen reglas generales para todo el mundo. Es importante escucharse, y ahí encontrarás las leyes de la vida y de la salud.”
Aporta esta tres reglas básicas para lograr la salud:
1. Encuentra tu verdadera esencia y deja que florezca
Pregúntate quién eres. Tu camino no tiene que ser el adecuado para los demás. Es mejor cometer los propios errores que vivir las virtudes de otras personas. Esas personas que hacen lo que se supone que se debe hacer o que viven los proyectos de otras (sus padres, su pareja, etc.) descuidan su propio camino y se alejan cada vez más de sí mismas, y no es extraño que empiecen a aparecer síntomas de malestar o, como se denomina comúnmente, “enfermedades”. Estas enfermedades obligan a dar marcha atrás, o incluso a volver a empezar, puesto que eso es lo que la enfermedad está intentando decirte. No existe salud real y completa cuando no se está viviendo la propia vida.
2. Sé consciente de tus miedos
Te impide liberarte y fluir con la corriente de la vida. El miedo exige continuamente reglas con las cuales poder atormentarte. Pero gracias a la ley de la polaridad (una de las dos leyes globales de la vida, junto con la ley de la atracción), el miedo lleva también implícita la solución. Puedes cambiar las tornas: encamínate hacia tu miedo y verás como te conduce a tu verdadera esencia. Casi siempre lo que más miedo te da es lo que te fascina y te maravilla -si decides encararlo-, lo que te supone un desafío. Si es así, eso es lo que tienes que seguir; pero cuidado, no dejes que se convierta en una rutina.
3. No sigas estando sujeto a normas o principios que ya no te aportan nada
Todas las cosas, y sus reglas, tienen su tiempo. Cuando las reglas empiezan a obstaculizar el fluir de la vida, y en lugar de fomentar el crecimiento lo que haces es ponerle trabas, entonces es el momento de darles las gracias y soltarlas, para evitar así la enfermedad y seguir manteniendo la verdadera salud.
