Gracias Maru por el regalo
y a ustedes por la posibilidad de compartirlo

Amo mi locura que me vacuna contra la estupidez.
Amo el amor que me inmuniza ante la infelicidad que pulula por doquier, infectando almas y atrofiando corazones.
La gente está tan acostumbrada a ser infeliz, que la sensación de felicidad les resulta sospechosa.
La gente está tan reprimida, que la espontánea ternura le incomoda y el amor le inspira desconfianza.
La vida es un canto a la belleza, una convocatoria a la transparencia.
Chamalú. Indio Quechua.
Este aprovechado del que habla el artículo es un gurú que vive de decirle a ala gente que sea humilde, que sea parca, ecológica y blablabla. Y él, precísamente, vive en un chalet de lujo en lo alto de cochabamba al lado del que montó para sus papis, de comerles la cabeza a incautos que, por cuatro payasadas, le han dado hasta lo que no tenían; tiene varios carros enormes de ocho cilindros, con los que va a todos lados, y tiene un harén en Marquina, cerca de Cochabamba, donde tiene a algunas jovencitas a las que repasa meticulosamente con su babeante lascivia.
Por no hablar de causas pendientes con los gobiernos del Canadá y el de Francia, por subvenciones para cuestiones de cooperación internacional que nunca invirtió (sino para ponerse el yacuzzi en casa) ¿Verdad Chantalú?
Hay que ser incauto, y tener baja autoestima para caerle a semejante truhán…
Saludos
Gracias por tu aporte. Abrazos