Así debe de ser porque a los sacrificados, cansados… la vida le duele. No tengo más que mirar a «madre» (la mía en particular pero seguro que muchas igual), tan sacrificada por todos y sin poderse casi mover. Lo peor de los sacrificados es que quieren que los demás hagan lo mismo. Y el camino así se hace arduo, pesado, aburrido, sin sentido…
Feliz y venturoso viaje.
Hoy transitamos en Sol de la onda encantada de la tormenta (después la comparto) y es lo que se nos pide: brillar. Brillar como lo hace el sol, naturalmente, sin esfuerzo y para llegar a todos los rincones. El sol no se anda quedando con parte de su brillo – aunque estos malditos quieran que así funcione –
Gracias
Fuente: Ricón del Tibet. Facebook