«Hay que reemplazar pecados por virtudes»
¡Eso es! pecados por virtudes y todo cambiará. Y no me refiero solo a que cambiará una organización como la iglesia… no, cambiará nuestra vida del día a día porque dejaremos de focalizar en el error del otro, en lo mal hecho, en lo condenable en mí … y aparecerá lo que de virtuoso tiene cada cual.
Ciertamente es una mutación mental, un cambio tan grande de paradigma que nos convertirá en seres brillantes, con luz propia.
El ejemplo que nos pone Alejandro es algo que podemos escuchar en cada parque donde hay niños y padres. Afortunadamente, a veces se ve lo que sería natural. Anteayer por la tarde, disfrutando de este veranillo que el sistema nos regala entre medias de su invierno forzado, había una pareja de «abuelos» que charlaban, tomaban el sol… mientras que sus 3 nietos se lo pasaban a lo grande jugando a de tó, con arena, sin ella, al fútbol, a correr… en ningún momento les oí a los abuelos reñirles por algo y en ningún momento los chavales se pegaron, se insultaron… cambiaban de juego de un momento a otro… disfrutaban.
Mutación mental… Gracias
¿EN QUÉ CONSISTE LA MUTACIÓN?
Alejandro Jodorowsky: Te voy a dar un ejemplo muy claro para que me entiendas. Tenemos formas de pensar negativas y podemos cambiarlas.
Un niño se para al borde del abismo, y su madre que no ha hecho la mutación mental le dice: «Cuidado, no te vayas a caer» y la que sí la ha hecho le dice: «Hijo mío, conserva tu equilibrio».
Son dos posiciones muy distintas. Una habla de un valor, conserva tu equilibrio y la otra hace una predicción, no te vayas a caer. Eso es lo que llamo mutación mental: una nueva actitud. Incluso habría que cambiar el Padre Nuestro. La frase «libéranos de todo mal» es negativa. Habría que decir: «Desarrolla en nosotros el más alto bien». La iglesia tiene que mutar también como tiene que hacerlo Dios puesto que Dios significa todo lo que es la iglesia. Hay que reemplazar pecados por virtudes.
Extracto de una entrevista
Fuente: http://planosinfin.com/en-que-consiste-la-mutacion/
El lamento no viene a cuento ni trae cuenta 