Nuestra mente va siempre a buscar a la carpeta de «conocido» para elaborar sus estrategias, sus respuestas… Sin embargo, si estamos aquí es que hemos comenzado un camino, cada uno desde su punto de partida y desde su lugar, en el que «sentir lo que sentimos» es siempre el punto de partida. Y aunque parece fácil cuando decimos «sentir lo que sentimos» como no es habitual que nos paremos a sentir… la frase que parecía sencilla tiene su aquel pues la mente siempre está ahí queriendo ofrecerte su solución, su respuesta… 

Personalmente me hace mucha gracia – cuando estoy para ello – el darme cuenta de esa «lucha» entre el pensar de la mente y el sentir del corazón. A veces, para que me deje en paz doña mente con sus respuestas… la mando de vacaciones o de puente y aprovecho para sentir. Ya ven ustedes, algo tan natural como el sentir … casi se nos olvidó y hasta hay que buscar estratagemas para tener la posibilidad de sentir. 

Ese es el camino en el que estamos… en el rescate de ese sentir que nunca miente porque no sabe, no está en su naturaleza… el corazón siente, lo que sea, me guste o no me guste, él siente. Y en ese sentir está la respuesta a lo que vivimos. 

Gracias, viajeros