Tal cual.
Y es habitual… es decir que aunque te sientas en lo profundo profundo del pozo… no te pasa a tí solo así que no es por fastidiarte a tí, ni por que sufras tú solo … ¡es para volar!…Volar solo o en libre compañía, sí y disfrutando.
Como a menudo el ser de humanidad es miope del todo… la vida te lo hace ver de la manera que puede y a menudo, perdón por la redundancia, de nuevo por esa miopía hemos de pasar por el sufrir hasta que en un momento dado caemos en la cuenta, es como el «eureka», ¡anda… si todo sucede por mi propia voluntad, por mi propio decreto, por mis propias crrencias…! Pues voy a ver cuáles son, no voy a negarlas ni a resistirme a ellas, voy a sentir desde el corazón – algo a lo que no nos enseñan – voy a escucharme, verme con los ojos de la aceptación complaciente …
¿Saben? En realidad creemos conocernos hasta que sabes que toda tu percepción – si no estás atento – procede de unas creencias casi siempre inconscientes. La de «no merecer» «no merecerse»… es habitual no, casi general. Ayer comencé un viaje con la intención de ejercitar mi libre voluntad, mi libre sentir, mi libertad (darse libre). Salí del oeste del país para llegar al este … en coche, sola. He hecho ese viaje muchas veces pero no conduciendo sola, era el primer reto visible. Sin embargo, el más poderoso estaba debajo.
Como en los últimos años me he dedicado «a reparar», ahora lo entiendo, la economía no ha sido boyante aunque no era algo que me sumiera en negrura. Era como un impas. Así lo siento, es como un espacio tiempo también para aprender otras cosas. Bien, el caso es que en ese tiempo «justo» me acostumbré a la dinámica de que te dejaran una casa, una habitación… con la implicación forzosa de varios actores. Y de muy agradecer, claro. Eso sí, a veces con más libertad que otras. El caso es que hace un par de días le comento al Finder, «no sé, todavía no he llamado a nadie para organizar dónde me puedo quedar y cómo quedar para llaves…» (a estas alturas yo ya sabía que no era casual que a dos días de empezar todavía no hubiera hecho esa gestión). Y él tan tranquilamente me dice ¿tú quieres ser libre? Estás en eso, ¿no? Pues reservate una habitación en el Alhoa (un hotelito enfrente del mar que conocíamos de otros menesteres) como una mujer adulta que eres y haz lo que sientas que quieres hacer, sin tener que depender o hacer depender a nadie.
¡Genial! Van a alucinar pero ¡a mí no se me había ocurrido siquiera la posibilidad! Llamé para preguntar y el precio era buenísimo, además. El Universo nos ofrece la mejor versión de nuestros decretos y pensamientos. Si son luminosos… el cielo está siempre limpio para dibujar nubes de colores. Y aquí estoy, escribiendo esta entrada en una habitación frente al mar, no como un sueño que paso delante del hotelito y pienso «ay, si yo pudiera»… sino como una realidad de este nuevo ser que soy yo en vuelo de sentir «libero» (que no significa solo sino en libre voluntad solo-a o compartiendo).
Lo que había debajo de ese ni siquiera pensarlo era «no soy merecedora de estar ahí… tengo que …» y al final – como padres – guardas para «por si» y ese por si… nunca es disfrutar, ser luminoso e iluminar… no… siempre es hacer frente a «desgracias» de cualquier tipo. Amén de no ejercitarnos en nuestra vertiente luminosa y quedarnos en la limitante. En Un Curso de Milagros hay una frase que me «ordena por dentro»: «Declara que eres Hijo de Dios y reclama tu herencia» y Virginia Blanes dice «Me abro a recibir lo mejor que la vida tenga para mí». Me abro…para empezar.
La entrada que comparto habla de esa resistencia que ofrecemos a ser nuestra mejor versión. Una servidora está de prácticas voluntarias.
Nosotros además compartimos la sabiduría de los programas transgeneracionales. O sea que recursos para ver, ver… tenemos…
Qué disfruten, viajeros de Luz.
Gracias infinitas por la posibilidad de compartirme.
El miedo a nuestra propia grandeza o ‘complejo de Jonás’ un trastorno muy habitual
El complejo de Jonas es más habitual de lo que parece así que no dejemos que nos trague la ballena.Abraham Maslow padre de la psicología humanista, acuñó el término “Complejo de Jonás” inspirándose en el personaje bíblico, para identificar una neurosis que habita en el ser humano: el miedo a la propia grandeza o huida del propio destino.
El Complejo de Jonás es, en suma, la negación de la capacidad de uno mismo para desarrollar su potencial, es el miedo y la ansiedad frenando nuestra visión de grandeza… sabes que vales para algo, lo visualizas, prevés el éxito y te asustas frenándote con la respuesta contraria, asegurándote que eres incapaz, haciéndote descender hacia el lado mediocre.
Jonás tenía un mensaje de Dios y una labor de intermediario en el pueblo de Nínive. Pero temió de su propia figura, se asustó y se escondió. Se sintió incapacitado de ese ejercicio, descreyó de sí mismo (“¿Quién?, ¿Yo?…”). Y Dios le envió una ballena que se lo tragaría por 3 días y 3 noches. Después de ese lapso, la ballena lo vomitó y Jonás aceptó el destino para el que había sido escogido y llevó su mensaje a Nínive.
La explicación de Maslow es que al igual que tememos lo peor de nosotros tememos, también, lo mejor,tememos a nuestras máximas posibilidades. Por lo general nos asusta llegar a ser aquello que vislumbramos en nuestros mejores momentos, en las condiciones más perfectas y de mayor coraje. Gozamos e incluso nos estremecemos ante las divinas posibilidades que descubrimos en nosotros en tales momentos cumbre, pero al mismo tiempo temblamos de debilidad, pavor y miedo ante esas mismas posibilidades.
Podríamos pensar, entre tantas cosas, que para desplegar “nuestra misión”, debemos romper nuestros moldes aprendidos. Como Jonás, que para desplegar su misión debía enfrentar el desafío de salir del refugio (pseudo-protección) de la ballena: la personalidad limitante.
Para ello debemos analizar y profundizar en que quizás nuestra personalidad actual fue elegida en pos deencajar en el mundo “adulto y moderno”: una Identidad no auténtica (con sus propios hábitos, valores, mecanismos de defensa, etc.). Una ballena que nos ha comido sin siquiera darnos cuenta.
Maslow dice al respecto, que frente a los grandes hombres o mujeres que se hallan en su máxima realización humana, surgen sentimientos de admiración; pero también emergen (y a veces no tan escondidos) sentimientos de hostilidad y envidia. Le proyectamos a esa persona “contra-valoraciones”. Y así, ¿quién tiene el coraje de mostrarse diferente, de mostrarse mejor que otros en algo novedoso y único?
Todos podríamos ser mejores de lo que somos si, en lugar de malgastar nuestra energía en envidiar las cualidades ajenas, aprendemos a amarlas, admirarlas para así también reconciliarnos con las propias ya quees un acto de generosidad entregar al mundo lo mejor de nosotros mismos.
Por Maxx Puente
Librepensador, Autodidacta y Soñador.
Fuente: http://www.tunuevainformacion.com/etica-filosofia-de-vida/450-jonas.html