Desde luego, qué no sea por recursos ja, ja. Ayer la onda encantada, hoy el calendario oracular… si damos la misma respuesta de siempre… es porque queremos… sufrir. Pues no, adaptarnos sí… como hace el agua… nutrirnos, sí, como hace la naturaleza… sufrir no, la naturaleza – que yo haya visto – no sufre.
Vamos a ello, a nutrirnos.
(((QUÉ ES EL ORÁCULO)))
Cada año el Dr. Padilla nos regala una posibilidad más de orientación personal y terapeútica: El Calendario Oracular. Basado en el Zhou Yi 周易 -Cambio en el cielo- la parte más conocida del Yi Jing 易經 -I Ching, el Libro de las mutaciones o el libro de los cambios- y el Ajedrez Oracular -creación original de la Escuela Neijing- comienza cada año el 21 de diciembre y va cambiando con cada Luna Llena. (Palabras tomadas de Universo Peregrino)
Este año, el calendario oracular, después de esos 3 días de «parada» cósmica del sol (es un decir) entre el 21 y el 25 de diciembre… como si nos quisiera dar más tiempo, como si nos quisiera promover en la paciencia…comienza con el hexagrama nº5: La Espera imprevisible. Y en versión del Dr. Padilla como nombre alkímico del hexagrama: Lo imprescindible.
Ayer llamaba una hija del Finder para decirle que se había roto un tobillo. ¡Uau! Ese es un buen ejercicio de «espera imprevisible». Porque lo primero que sale es la rabia, la medio desesperación «¡con lo que yo tengo que hacer!»…rabia y desesperación que como poco no ayudan a la recuperación de lo que sea que haya pasado.
Suri es un gato negro que llegó a nuestra casa en julio, con dos meses más o menos. La mamá no culminó el trabajo (por falta de tiempo) de enseñanza y hemos hecho de «profes» en algunas cosas aunque es él realmente quien nos enseña. Ya lo creo. Por ejemplo, y en sincronía con este tiempo oracular de «La espera» hace unos días nos ha brindado una buena demostración intuitiva de cómo actúa la naturaleza cuando te dejas.
Hace unos días el finder y un amigo se pusieron a limpiar el garaje que hay abajo de casa… lleno de cachivaches. Como ellos no paraban de ir y venir a tirar cosas al contenedor el gato entró en una dinámica de «ahora corro hasta allí» «ahora vuelvo corriendo» «ahora me meto en casa del vecino por la ventana y salgo corriendo» «ahora corro calle arriba y bajo corriendo al garaje, llego, saludo y me voy corriendo»… Le veías y ya se había ido. Bueno, ellos ya terminan, el gato a saber y de repente viene un vecino a decirnos que no sabe qué le ha pasado al gato pero que está debajo de un coche y que no se mueve. Yo alucinada, «¡pero si estaba aquí ahora mismo!».
Voy a buscarle, efectivamente está debajo de un coche, sin moverse, con cara de muy asustado. Se arrastra hasta llegar a mí, y cuando le cojo le siento agitado al respirar… no le veo nada.. si le ha pillado un coche y le ha pasado por encima… no hay nada que hacer. Si es otra cosa ya veremos qué pasa.
Pensando en lo peor nosotros – porque ya habíamos vivido un pillar a un gato con el coche – le puse en una silla con una mantita por encima – él había perdido temperatura y hacía ruidos que no sonaban a nada bueno – y ¡no se movió en 2 días! ¡Sin moverse, ni comer, ni beber, ni ná! En el traslado yo le había visto algo en la pata derecha de atrás: justo por encima de la articulación que les permite entre otras cosas saltar: los gatos o perros en sus peleas se atacan ahí: si no puedes saltar en la naturaleza… ,no puedes cazar, estás muerto. Pero no me dejaba tocarle así que no sabía bien.
Cuando ya me permitió tocarle y mirarle la patita – que le hubiera pillado un coche ya estaba descartado por el tiempo pasado – efectivamente ¡se le veía hasta el hueso! ¡Y ni se había quejado! Al tercer día se levantó a comer … «un ná», bebió un sorbo de agua y ya se puso a dormir en sus lugares habituales… dejó la silla de la convalecencia (ja, ja… no se ha vuelto a subir). No cojeaba pero no podía subir a los sitios que subía – como el sofá… – y menos saltar (lo cual era un alivio para nosotros – ja, ja – porque no teníamos que ocuparnos de no dejar según qué según dónde). El hacía el intento de saltar pero veía que no podía y se iba a otra cosa. Yo le observaba gestos y demás… para ver: ni un mal gesto de contrariedad «jolín no puedo saltar». No, simplemente no saltaba y ya.
Al 8º día: ¡saltó!. Ya está. Para entonces, ya subía normal a sitios habituales. Comía cada día mejor y dormía a pata suelta: Los primeros 2 días no bajó la cabeza en ningún momento para dormirse… se medio quedaba dormido pero se despertaba y se quedaba así. ¡Del susto! Ahora ya no, ahora ya se desparramaba durmiendo… como tan bien saben hacer ellos, los gatos. Y ahora ya saltó. Se acabó el proceso. Culminado.
El sólo había regulado todo… dejándose curar por la naturaleza que es la que sabe, sin oponer la resistencia de la rabia «jolín y ahora mira lo que me ha pasado… con lo que yo tenía que hacer … y ahora cómo voy a hacer… «. No, Suri se quedó 2 días sin moverse para nada… nadie se lo tuvo que decir ni aconsejar. Y luego siguió haciendo de a poco, sin ir más allá de sus límites (que es lo que solemos hacer cuando nos resistimos: no debemos andar pero como podemos… pues andamos y hacemos y vamos y venimos… y el proceso comienza y comienza y comienza… ¡el resultado no será el mismo sin duda! Y la diferencia está en la fe (la del gato es innata… mira qué bien) en que todo tiene un sentido y en que la naturaleza sabe… dejar que haga, no oponer resistencia al proceso, aprovecharlo para crecer.
Pues algo así es lo que nos sugiere este hexagrama para este tiempo oracular de La Espera imprevisible. En la versión de Richard Wilhelm del I Ching dice a propósito de esto que es como ese tiempo en que se ve que las nubes se van formando para llover… no se puede hacer nada más que esperar a que llueva sabiendo que va a llover y que no podemos hacer nada por adelantar o atrasar la lluvia. (En la vida que vivimos además si podemos hacer para retrasar el evento que sea: intentar que ocurra o que no ocurra… eso desbarata cualquier varita mágica). Esperar en confianza, en fe, en certeza y además… nutriéndonos. En la versión de Wilhelm el segundo nombre de este hexagrama es La nutrición precisamente por ello: porque mientras que esperamos a que lo que sea se de- aunque no lo sepamos y esa es la fe sabiendo que el Cielo está confabulando para que nuestra mejor opción se dé – nos toca nutrirnos física y espiritualmente… para cuando se dé… estar dispuestos y disponibles. Si no, en el momento que ocurre… nos pilla cabreados, o cansados o a otra cosa… desde luego no dispuestos y disponibles. Y luego hasta a lo mejor nos quejamos de que El Universo no nos hace caso… o así.
Cuando las nubes se elevan en el cielo es señal de que va a llover. En tales circunstancias, no puede hacerse ninguna otra cosa más que esperar hasta que se precipite la lluvia. Lo mismo ocurre en la vida, en los momentos en que se va preparando el cumplimiento de un designio.
Mientras no se cumpla el plazo no hay que preocuparse pretendiendo configurar el porvenir con intervenciones y maquinaciones personales; Antes bien es menester concentrar tranquilamente mediante el acto de comer y beber las energías necesarias al cuerpo y mediante la serenidad y el buen humor las que requiere el espíritu. El destino se cumple enteramente por sí solo y por entonces uno se encuentra dispuesto.
(Hex. 5: La espera. La nutrición. I Ching. Richard Wilhelm)
El Dr. Padilla nos brinda «Lo imprescindible» como nombre alkímico del hexagrama de la Espera y lo explica en un programa de radio: (la transcripción me la hace llegar Maritza, mi anfitriona en Montevideo… de la escuela Neijing de Uruguay. Bendita seas)
Y con ello entramos en “Lo imprescindible”, es decir aquel canon –vamos a decirle así- que nos avisa de: “Bueno, usted, para la labor que hace, para lo que es y para la vocación que tiene, ¿qué precisa?” Eso que precisamos deberemos de buscarlo, de encontrarlo, a lo mejor a veces teniéndolo claro nos lo “donan” sin pedirlo. Y eso debe ser… lo imprescindible. ¿Para qué quiero algo más si eso es lo que realmente yo necesitaba?
Esto no es propio, obviamente, de la cultura en la que estamos en la que cada vez se quiere más y más y más… ¡más de todo! No hay… no hay nada específico en lo que aclararse. Más de todo y además, además, además el consumo es tan brutal que estar en lo imprescindible parece, realmente, una quimera, ¡una quimera! Pero tenemos que hacer, si queremos mejorar nuestro rendimiento, nuestra capacitación, estemos en lo imprescindible y, con ello, tendremos la resultante de poder aportar aquello que realmente se necesita por nuestra parte.
Muy útil esta parte para occidentales – entre los que me incluyo que parece que estás estudiando algo y ahora tienes que además estudiar aquello y luego seguir con esto o con lo otro… y al final «aprendiz de mucho y maestro de poco» con lo que es poco probable que sirva de verdad a la persona y a la comunidad para la que iba dirigido el servicio. A uno le toca vislumbrar el «detalle» que le adorna y que se convierte en la varita mágica particular e intransferible. El detalle que hace que su aportación sea imprescindible para el Universo.
Si nos toca vislumbrar ese detalle y no perdernos en «variedades»… es normal que el Universo nos regale tiempo de preparación personal, de sentir lo que nos hace únicos e imprescindibles… para cuando llegue el momento… ofrecernos en servicio.
Eso no quiere decir que mientras… estemos a uvas. No, estamos a lo que nos toque y nos asiste la convicción, la certeza, la fe de que somos creados y asistidos por Lo Divino de lo que somos manifestación viviente para servir en «nuestro detalle».
Un placer disfrutarles compartiendo «mi detalle», viajeros de luz. Graciasssss.
Con mucho gusto añado también la explicación del ideograma de La Espera que Maritza me hace llegar ( fruto de su investigación sobre el significado de ideogramas )así como su colaboración poética en unos versos que aluden a la esencia de este ideograma. Una colaboración que lleva amor a raudales.
HEXAGRAMA 5
“LA ESPERA IMPREVISIBLE”
“Lo imprescindible”
En este hexagrama el ideograma es HSÜ [xu] 173 – 6
Significa: Necesario. Lo necesario; gastos necesarios; cosas necesarias. Necesitar; tener necesidad. Requerir, reclamar; exigir. Estar detenido por la lluvia; esperar. Vacilar, tergiversar. El 5° de los 64 hexagramas del Libro de los Cambios que significa: Espera prudente, durante la cual se considera la posibilidad de superar un obstáculo.
Este ideopictograma está constituído, a su vez por dos ideogramas. El primero es su radical: YÜ.
YÜ, que es el radical del ideograma HSU, y significa lluvia. Llover, caer (lluvia, nieve, granizo). Yendo al diccionario Wieger para investigar en su evolución y en su etimología, volvemos a ver que significa lluvia.
También quiere decir de acuerdo a alguien. Los cuatro pequeños trazos de este ideograma representan las gotas, debajo del cielo y de las nubes.
Otros le dan la explicación que es la caída regular del cielo de la lluvia por las cuatro orientaciónes. Una forma antigua representa también la lluvia como regadera.
El segundo ERH [er] dice el diccionario Mateos: Barba que pende de la barbilla. Tú, usted, vos. Y, y así. Partícula que indica la relación entre dos acciones o dos estados. Concomitancia. Sucesión, entonces, luego, después. Semejanza, como si, consecuencia. Por consiguiente, entonces, sólo entonces, en ese caso. Oposición, sin embargo, con todo.
Reuniendo los significados podemos decir que esa espera imprevisible, en lo imprescindible, es como el llegar de esa lluvia , que anuncia cambios de bonanza, y que sólo podemos disfrutar de esos cambios con un sentido de adaptación. La lluvia, como barba que pende de la barbilla, nos llega desde el Cielo, como algo imprescindible, andando de manera imprevisible. Llega, produce cambios, es la muestra de un cambio desde el Cielo.
Música celestial
Danza de gotas
Tamborilean la vida