EL MILAGRO DE BERNA… Lo blando «vence» a lo duro… siempre

Ayer fue un día muy intenso para una servidora. El duelo de madre sigue por ahí en el aire y a días me despierto triste, como fue ayer. El clima tampoco ayudaba: los aviones o lo que sea dejaron el cielo  como con canícula que te da «grima» hasta respirar ese aire que tú bien sabes que no es natural. Cuando por fin saquemos la cabeza de debajo del ala… nos vamos a tirar de los pelos. 

Como digo el día fue intenso. Por la mañana fuimos a un pueblecito (bueno, ahora ya es más que eso) de montaña al que íbamos cuando éramos jóvenes  y acampábamos en la nieve. Claro eso ahora ni soñar de hacerlo, ja, ja, por nuestra seguridad. En esas íbamos comentando estas cosas,  subiendo por una carretera de montaña a una plataforma que era dónde acampábamos, una carretera estrecha con prohibición de adelantar y con límite de velocidad de 35km/h cuando  de repente nos empezamos a cruzar con coches antiguos de carrera… ¡que iban haciendo carreras! Así, sin más. Ni anuncios, ni cortes de carretera, ni seguridad …  ni ná. Simplemente en una curva te encontrabas a un coche que casi venía por tu lado… haciendo carreritas. ¡Y tan contentos! 

Por la tarde, al volver de una vuelta por lugares preciosos, pasamos por la casa familiar en el pueblo. Es una casa de pueblo y aunque el pueblo en cuestión – a pesar de ser el mío – no me gusta nada nada… yo estaba contenta con esa casa porque delante no tenía a nadie y tenía todo el día sol, tanto que madre solía decir que «parecía un sanatorio» por lo sanador del sol entrando por las ventanas. 

Mira tú por donde, al lado, ya hace tiempo unos «brutos» hicieron una nave para guardar sus cosas de albañiles… y ya entonces fue duro porque de repente se fue el sol de la tarde. Y ayer – hacía tiempo que no iba – llego a buscar unas cosas que necesitaba y me encuentro que están haciendo otra nave – los mismos «brutos» – no delante pero casi. ¡Uau! se me cayó el mundo aunque ya volviendo me dice el Finder «todo esto que está pasando es para que la vendas… si no hacen nada tú tampoco te mueves y hasta tu madre está ayudando para que vueles de ahí». Así será. Casualidad seguro que no es así que será una sincronía a escuchar. 

Menos mal que el finder – como bien dice su nombre – está al quite y me tenía un regalito fantástico: una buena película que aunque parece que es de fútbol para mí fue una peli sobre la «fe», la confianza en que las cosas se arreglan por esa confianza precisamente… y no al revés. También vemos la necesidad de estar siempre atentos porque a veces la vida nos pone los maestros disfrazados de limpiadoras, de padres severos… 

La peli es «El milagro de Berna» y además de ser bonita y esperanzadora está llena de esos programas que nosotros vemos en bio y que tanto nos afectan a la hora de vivir nuestra vida como que «los niños no lloran» por ejemplo 0 «que sin dolor no hay recompensa» «cuando una manzana está madura cae sola, sin ayuda» «a quien madruga dios le ayuda» … 

Me encantaría comentar más cosas pero arruinaría la belleza de esos momentos de sorpresa. Así que el cine-forum (ja, ja) lo dejaremos para otra ocasión. Entre medias, la película nos relata momentos duros de una sociedad como la alemana y sin embargo vemos y sentimos palpablemente que lo blando, la confianza, el amor… siempre «vence» sin lucha, como hace el agua… a lo duro. Es una película sobre el poder de la «intención», además. Potente. 

Una bella película para compartir con amigos, con familia, con uno mismo… Qué la disfruten, queridos viajeros de luz. 

Gracias por la constante posibilidad de compartirme.

Gracias, gracias, gracias

 

 

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