LA PROYECCIÓN TE FACILITA AUTO – CONOCERTE, tomátelo con humor, ja, ja.

Entrada publicada originalmente el 02/08/2018 en http://www.ellamentonovieneacuento.com

Me partía de risa esta mañana, hasta en pequeñas cosas como la que les voy a contar… se ve esta mágica proyección sobre la que hoy vengo a compartir.

Estaba yo sentada en una terracita en Valladolid, en la estación de buses,  a la vuelta de mi kitkat particular de esta última semana. Claro, he estado toda la semana “en mí”, ja, ja, así que todo se da rapidito.

Me encantan esos ratos que parecen “muertos” como los ratos de espera de un tren a otro, de un bus a otro… Sentada tomándome un cafecito, a la sombra, justo en frente de un paso de cebra.

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Curiosamente, por lo que sea, me iba fijando en los pies, en los zapatos de las personas que pasaban de un lado al otro de la calle. Y en un momento, hay 3 hombres esperando a cruzar desde este lado, en pantalón corto, uno con sandalias, otro con mocasines y calcetines negros hasta media pierna y el otro en zapatillas con unos tobillines…  Y me oigo pensar (es lo que tiene cuando has estado en ti, que te escuchas pensar, ja,ja): “qué peligroso el verano, estos “pobres” (con cariño) en invierno pasarían desapercibidos pero ahora, en piernas no pasa ni uno”. Y me quedo yo tan contenta con mi risita para dentro. Al cabo de un rato me levanto para dirigirme a los andenes, recojo maleta… y según voy caminando, miro hacia el suelo y me veo a mí misma andando ¡con sandalias y calcetines! ¡Me partía de risa! Yo mirando a unos y otros y yo… de aquella guisa – a mi favor que cuando salí por la mañana hacía bien fresquito.

Así es la proyección. Ya dije al principio que hasta en estas cosas nimias como en qué te fijas responde a lo tuyo, a lo que tú llevas por dentro.

Esta semana pasada,  la Vida me ha regalado lo que más me gusta: un kit kat en soledad. Una amiga se iba a hacer un curso y me preguntó “mira a ver si te quieres venir estos días a casa” y ví el cielo abierto porque ¡vive dios que necesitaba unos días para mí, para verme, observarme, esucharme…! 

Que esos días de auto-observación además hayan tenido el regalo extra de un eclipse “famoso y mediático” ha sido ya el no va más.

En esos días para mí me acompañaban todos los seres que comparten el espacio de mi amiga: una perra y 3 gatos, que me conocen y nos queremos,  infinidad de árboles, plantas hermosas después de esta primavera gloriosa, una huerta atendida por un hortelano de verdad, niquelá, de la que disponía y ni siquiera tenía que cuidar, solo admirar y re-que te admirar y un entorno que es un bosque. ¡Disfrute total!

 

Y también me acompañaba material de gustoso trabajo: la transcripción de la conferencia sobre la proyección de Virginia Blanes que hoy vengo a compartir, para empezar. Me la llevaba para hacer esta entrada pero sobre todo para verme a mí a la luz de sus palabras. Y ya ven que al final no escribí sobre ello allí, eso sí tenía unas ganas de llegar y ponerme al teclado!!! Y mira tú por donde, ayer todo el día con la red caída que no pude publicarla. Es como de risa.

Además llevaba algunas prácticas del taller de Mi Nueva Yo de Claudia Delgado, así como la “plantilla” para escritura emocional que utilizábamos en el curso de Saúl Pérez. Ah, y también me llevaba el pdf de “La comunicación no violenta. Una forma de vida” de Marshall Rosemberg, que hacía parte de una de las unidades del taller de Clau. Una batería para no perderme en divagaciones, ja, ja.

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Y así comenzaba mi kit-kat particular. Mi amiga se fue a su curso y yo me quedé al mío.

Conozco su casa, he estado muchas veces, me gusta, me siento cómoda aunque esta vez era la primera vez que me quedaba sola y al cargo. Y como la Vida no pierde ni un segundo en decirte lo que te tiene que decir, ahí ya empecé a verme, a sentir una cierta inquietud: “ay, que lo haga bien” ¿ven lo que hace la palabra “estar al cargo”? pues que sientes una carga, ja, ja y que de no sentirte plenamente en paz… se dan cositas, como que no puedes cerrar una llave de paso de agua para regar, cuando luego compruebas que es bien fácil, pero ya te pones nerviosa: “ay, no puede estar toda la noche abierto el riego…” lo gracioso, es que en esas circunstancias sacas fuerzas para hacer cosas que en circunstancias normales dirías que no puedes hacer, como yo mover una losa sobre la arqueta de las llaves generales del agua ¡que pesa…!: a grandes males, grandes remedios. Cuando al día siguiente, ya más en total tranquilidad conmigo y con el lugar, ví lo fácil que era cerrar la llave que el día anterior no pude… me reía.

Así es la proyecciónLa vibración en la que estás inmersa, la que te habita en base a lo que sientes – y esa es natural, no la puedes disimular, aunque lo que sientas casi sea inconsciente escondido detrás de lo que piensas que casi nunca escuchas. Hablo en tú que soy yo y cada uno de nosotros. Pues esa vibración, como por arte de magia, produce en tu vida vivencias en resonancia con eso que sientes y que puede ser una incógnita para ti perdida en los juicios contra lo que ves o vives fuera.

Virginia empieza la conferencia con contundencia, ja, ja, para que nadie se llame a engaño:

“Todo lo que juzgas enfrente, ERES TÚ”.

El falso yo, el poco yo, mi yo chiquito es muy listo, ja, ja, y como ya había escuchado la conferencia varias veces y más para hacer la trascripción, me hizo creer que ya la había trabajado. Ya, ya. De lo que me alegro además porque ha sido un gozo ir viendo mis propias proyecciones en aquello que juzgaba, en aquellos a los que criticaba…, y llevaba un tiempo espesa a ese nivel así que trabajo no ha faltado.

Alumna por vocación que soy, tomé un cuaderno a estrenar para la ocasión y un bolígrafo que me encanta para escribir y empecé a hacer UNA LISTA, SIN FILTROS – escribir sin filtros lo aprendí con Saúl y es una gozada porque después tienes una información de lujo en tus propias palabras – lo que me enfadaba, revolvía, hacía bucle, alteraba… de lo que estaba viviendo. 

 

¿Información? ¡¡¡Eso ha sido un master de los caros!!! Ja, ja, 

Con la idea bien clara, con la intención limpia de ver esas proyecciones, de ver “qué de mí” se refleja en eso que veo y no me gusta, juzgo, critico….me puse a leer la “lista”, a sentir lo que sentía mientras la leía, sin juzgar si era bueno, malo o regular lo que había escrito y lo que sentía… y – de nuevo – como por arte de magia, la conciencia pone luz al foco de donde brota la proyección, que eres tú, en este caso yo. Y te ves, y comprendes el mecanismo: “o sea yo le critico que tal… y lo veo en él porque no lo quiero ver en mí pero mira, ahí esta”. Uno tras otro, los puntos de la lista sobre “otros” se iban correspondiendo con lo mismo sobre “mí”.

Algunas veces las proyecciones son exactas, otras veces dadas la vuelta pero es alucinante como encajan. Y lo que no veo todavía es porque no me he permitido aún dejar de poner “mi razón”, “ya pero es que a mí…”.

Por ejemplo, que a mí me altere la falta de coherencia en el de enfrente… habla de él o ella, puede ser, pero sobre todo es el reflejo de mi falta de coherencia. Este es un reflejo directo.

Y uno dado la vuelta podría ser que si yo soy controladora, me voy a encontrar enfrente con personas que activen mi control porque pasan de tó. Un controlador necesita de alguien a quien controlar y si hace las cosas “niquelás” no hay forma de controlar, ja, ja. Así que uno necesita al otro para seguir confirmando el patrón.

Y ese verlo, como si de repente se hiciera la luz, es todo un regalo. ¡Uau, mira, soy yo con lo que siento, el foco de la película! Yo. Solita.

No es que me hacen, no me hace nadie nada… Como dice Clau:

“La vida te responde”. 

Yo con mi vibración, la que emito al Universo en base a lo que siento – que proviene de lo que pienso y digo sobre lo que veo –  por programas, creencias… sí, pero lo pienso y siento – soy la guionista, directora y creadora de los ejemplos que la vida me ponga en frente para que yo los viva.

Así pues, mal que nos pese ja, ja, no hay queja que valga, el lamento no viene a cuento ni trae cuenta como sabemos muy bien por este espacio. Amén de que como he visto, la queja te impide ver la realidad de los hechos que es el primer paso para trascender todos esos juicios, críticas que crees que haces hacia fuera y estás haciendo hacia adentro que esa es otra, ja, ja. O sea, tú crees que estás diciendo algo al de enfrente o estás juzgando algo de lo que vives, ves… y resulta que tu inconsciente lo está tomando como algo personal, algo hacia ti. Para nada trae cuenta entonces ¿no?

Les deseo una fructífera práctica de ver sus proyecciones. Les dará brillo a su vida con solo ese pasito de verlas, tomar conciencia de ellas y ahora viene lo mejor: trabajar eso que proyectamos.

Me queda mucho de compartir de estos días de atenderme a mí misma pero por hoy vamos a culminar que se hace muy largo si no.

Y con este pasito de ver que lo que vivimos es nuestra proyección… ya hay curro para un rato. Eso sí, cuando las vean, las suyas, por favor, sin riñas ni juicios hacía uno mismo porque haría un efecto rebote con una emoción bien conocida como la culpa: en lugar de culpar al otro, ahora te culpas tú. Camino que lleva a lugares farragosos que después cuestan mucho limpiar.

 

Gracias por la oportunidad, queridos viajeros de luz. Este es un paso muy importante – y fundamental – para resplandecer, para brillar con luz propia. 

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