LOS ESPEJISMOS con MARTA SALVAT

Entrada publicada originalmente el 18/10/2018 en www.ellamentonovieneacuento.com
Imagen en: http://reportecatolicolaico.com/2017/10/espejismos/

Hay personas con quien hablas de los espejos y te miran como medio ofendidas: “¿me estás diciendo que yo soy como ese capullo?” ja, ja…

Personalmente ver los espejos ahí fuera es una gran herramienta de consciencia propia. En muchos casos, si no fuera porque los vemos ahí fuera… no tendríamos ni idea de que son nuestro propio reflejo.

Y lo son. Solo que a veces no son directos o no significan que hagas tú lo mismo con los demás – pongamos por caso que veo que alguien es muy egoista o muy mentiroso o… – sino que lo hago conmigo misma. Y esto, por alguna razón misteriosa – ja, ja, el ego que se las gasta de esa forma – nos cuesta mucho más verlo: que yo soy egoista conmigo misma o que yo me miento a mí misma…

Es verdad que yo llevo innata esa capacidad de ver los espejos y que no me ofenden, al revés, cuando los veo… me alegro: ¡Ala, tanta rabia que me da y yo también lo hago! En mi onda encantada de la cultura maya, trasciendo mi camino hacia “morir a lo viejo para nacer a lo nuevo”, que es lo que me toca en esta encarnación, a través precisamente de la energía del espejo. Así que será por ello que para mí es sencillo verlo y muy revelador siempre.

Ayer por la mañana en los recomendados de youtube me llegó este encuentro de Marta Salvat nada más y nada menos que sobre los espejismos. Y como conozco a Marta y sé de su sencillez me encantó ponerme a escucharla hablar sobre este tema que a mí tanto me gusta e interesa.

Es genial, les va a encantar porque durante el encuentro ella va explicando diferentes tipos de espejos con ejemplos que es como mejor se ve. En la primera parte habla de los que más o menos conocemos: el espejo directo, el inverso y el de los juicios. Este tercero también es conocido: sabemos que todo aquello de lo que emitimos juicios…aunque nos parezca mentira, ja, ja, es algo que nosotros tenemos dentro.

La fiesta viene en la segunda parte donde además de contestar a algunas preguntas – y eso siempre es muy enriquecedor – explica dos espejos que han puesto muchos elementos en su sitio y que yo no conocía como tales así que he hecho la transcripción de esa segunda parte. Si alguno de ustedes se anima a hacer la de la primera, estaré encantada de incluirla.

En esta segunda parte habla del ESPEJO DE LO QUE HE PERDIDO O ME HAN ARREBATADO. Y en éste seguro que tomarán consciencia de para qué se han relacionado con sus parejas, sus amigos, sus compañeros… La tradición tolteca cuando habla de la re-capitulación dice algo parecido: a lo largo de nuestro camino vamos dejando partes de nosotros aquí y allá y nos pasamos la vida encontrándonos con personas que creemos que nos atraen por sus ojos lindos, por su alegría, por su X y resulta que nos atraen como si fuera un flechazo… para, repito PARA, rellenar, completar esas partes perdidas, esas partes que creemos que nos arrebató aquel novio que nos ninguneó o aquella amiga que nos traicionó.

Y vamos caminando la vida con un radar super preciso buscando personas que nos vean, que nos respeten…pero… como llevamos esa frecuencia de traición, de carencia, de… ¿qué encontramos realmente? otro más, otra más que – creemos – nos hace lo mismo. Y al final terminamos con la creencia de que no se puede confiar en nadie, que todo el mundo es… que todos los hombres son… que todas las mujeres son…

Agotador, cansino… y además responsabilidad personal 100%. El otro tendrá lo suyo, seguro, pero como ahí no hay nada que hacer… vamos a lo nuestro, ja, ja.

Y el siguiente espejo que explica es muy interesante: EL ESPEJO DE NUESTRO MAYOR BIEN. ¡Uau! Yo con las orejas bien abiertas escuchando a esta mujer sabia. Seguro que les llegarán tomas de consciencia pues habla de los miedos y esos… los conocemos aunque no los queramos ni mirar y los llevemos a la carpeta de “inconscientes”.

En este espejo habla de la noche oscura del almaese ciclo de vida que pasamos bajo la influencia de un miedo que nos paraliza y del que no sabemos cómo salir.

¿Tenemos miedo a la soledad? Pues nuestra alma nos invita – me encanto cómo utiliza este verbo en este caso – a vivir el tiempo que necesitemos muertos de miedo a estar solos.

¿Tenemos miedo a la carencia, a vivir debajo del puente? Pues el alma nos invita a experimentar  ese miedo a la carencia el tiempo que consideremos necesario.

El tiempo para el alma no es lineal ni necesario. Somos nosotros los que creemos que necesitamos tiempo para “ver” – ese ver que nos hace actuar desde otro punto, desde otro posicionarme. Es decir, que la vida no es que nos odie y diga: ale, tú, pásate unos años bajo el miedo de… ”

No.

El alma nos invita a vivir ese miedo, a no darle la espalda, a no decir que es una bobada – como nos hacían de pequeños, “no llores, eso es una bobada” – a experimentarlo de cabo a rabo. Como tenemos tanto miedo a experimentarlo – y puede ser que además sea un miedo más acrecentado por ser una información transgeneracional – hacemos todo lo posible por mirar para otro lado, por “superarlo”, por saltarlo, por llenar nuestra mente de “mantras positivos” con la esperanza de que sean un conjuro y que por arte de magia se disuelva y ya nunca más lo sintamos y vivamos felices y comamos perdices.

Ya, pero no funciona así.

De poco sirve que quieras pensar en positivo si hay un miedo – consciente o inconsciente – que llena todo y pulsa por ser atendido. Me gusta mucho también esta acción de ATENDER. Esas emociones que no nos gustan – ya le hemos puesto la etiqueta y el juicio – son nuestras, las sentimos nosotros. Entonces, ¿por qué no las atendemos? ¿Por qué nos empeñamos en superarlas, en eliminarlas? ¿No será más fácil atenderlas? ¿sentirlas? ¿atravesar-las? Personalmente sé que es la forma más honesta y además rápida y eficaz para trascenderlas.

Como dice Marta, ¿tienes miedo? Tirítalo. Víbralo. 

 

Y como esos pasos son “sine qua no” pues hasta que eso no se dé… lo demás no llega: es decir, el liberarlas, el trascender ese miedo, esa emoción que sea.

Ya, me imagino que no parece una imagen muy placentera, ja, ja. Asusta. Tiritar de miedo. Pues sí, solo viviéndolo, atravesándolo se llega a la otra parte del túnel. Y una vez llegado al otro lado … lo puedo soltar. Y es ahí cuando queda espacio en nuestra alma para que se exprese desde el ser esencial que somos.

Les deseo una inmersión gozosa en ustedes mismos con ayuda de los espejitos que expresan. No se preocupen, los espejos los expresa la arcilla que cubre el buda de oro que todos y cada uno – aquí no se libra nadie – somos. Son nuestros pero no somos nosotros en esencia.

Feliz inmersión

Y gracias infinitas al Universo que nos regala recursos para salir de ese “sufrir” que trae la queja, la resistencia, el juicio. No se olviden aquí de los juicios hacia uno mismo que son los más efectivos en cuanto al daño que sentimos en nuestras propias carnes. Así que al loro con nuestro diálogo interno dañino, ese lleno de opiniones y juicios trasgiversados que casi siempre terminan en culpabilidad y por lo tanto en merecer un castigo. Castigo que como merecemos, según ese diálogo que mantenemos, ya se encarga el campo cuántico de ponerlo aparentemente fuera, ja, ja y los llamamos parejas, situaciones negativas, carencia, jefes, padres… el gobierno.

Lo más rápido y efectivo… es mirar para adentro.

 

 

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