A mí, de pequeña no me contaron nunca un cuento, ni madre, ni padre, ni abuelos… y no es una queja. Es lo que hubo, sin más. Y sobre eso hay que laborar. Será por ello que siempre me han gustado tanto. Amén de que con ellos se toma conciencia instantánea, hablan al inconsciente de tú a tú.

A los papás que todavía estén a tiempo… ¡no dejen de contarles cuentos a sus hijos! Y que conste que serán ustedes, los padres, los tíos, los amigos… de los niños a los que cuentan los cuentos… ¡los más beneficiados! Y desde luego se lo ahorrarán en psicólogos, en pastillitas para que se queden tranquilos… ¡están en época de movimiento, todos lo hicimos…! solo que nosotros nos íbamos a jugar con otros niños, solos, al campo, a la plaza, al río… lejos de la mirada de los padres que obviamente se han olvidado que una vez ellos también estuvieron ahí.

Así que si queremos que la próxima vez que haya una crisis – provocada, igual da – podamos – como seres de humanidad – dar una respuesta creativa que nos amplifique nuestra consciencia para crear otras vías… ¡contemos cuentos…a los peques y más grandes! ¡Será de beneficio mutuo!

Gracias