¿QUÉ ES UN ARBOLISTA?

A mí me fascinan los árboles familiares aunque sé que estoy lejos todavía de saber leerlos e interpretarlos adecuadamente. 

En eso estamos precisamente, en desarrollar esa capacidad que tanta información nos aporta sobre las trampas y bendiciones que la familia nos transmite. Yo llevo tiempo alucinada: por lo que parece soy «escritita» a la abuela paterna y ¡nadie me había dicho nada en 53 años! ¡Lo descubrí yo al ver una foto de ella! ¡Y me quedé boquiabierta! ¿A que mosquea? ¿Qué tendría esa abuela? me voy a reír cuando lo descubra. 

Les comparto una entrevista a Jodorowsky sobre qué es y qué hace y para qué lo hace – un arbolista. Aunque es diferente su forma de hacer que la de Corbera yo me nutro de los dos.

Al final casi de la entrevista, le preguntan que si con ese acto psicomágico la persona se sana: el taller que hicimos en Vila-real lo hicimos pensando en ello pues durante los días de formación en Barcelona ví en los compañeros  y en mí misma después de dos consultas con Enric que es ¡tan fácil! caer en lo de antes, en la misma información que traías y que ya sabes  no  adecuada…pero a lo mejor no sientes que tienes herramientas que te permitan dar ese salto y por ende hacer desde un paradigma nuevo… Para eso hicimos aquel primer taller, para ofrecer recursos y herramientas que nos pongan a tono, nos sintonicen con el nuevo canal y nos den fuerza para ese vuelo con alas nuevas. 

Gracias viajeros

 

Romanie5

¿QUÉ ES UN ARBOLISTA?

¿Qué características ha de tener un buen arbolista?

Mucha curiosidad y una formación continua en muchos campos diferentes. Cada vez que aprendemos algo, o realizamos una cosa que nunca hemos hecho con anterioridad creamos un nuevo camino o conexión neuronal…

¿Qué ven en los pacientes que se acercan a profundizar en su árbol genealógico?

No les llamamos “pacientes”, sino “consultantes”, pues con la primera denominación encasillamos a la persona dentro de un molde de padecimiento que es muy peligrosa, en cuanto a que el que padece se acomoda más que el que consulta.

¿Empezar una sesión con una pregunta donde se plantea la finalidad no es una forma de asustar al consultante?

Es una pregunta fundamental, tanto como conocer el nombre de la ciudad donde queremos ir antes de comprar un billete de autobús, tren o avión. ¿Se imagina a alguien que se sube en un avión sin importarle el lugar donde este lo va a conducir?

El que consulta es porque tiene un problema

Vienen en crisis y  percibimos en éstas la oportunidad de una transformación sanadora. Vemos en ellos diamantes más o menos cubiertos de barro.

Siguiendo con su metáfora, ¿hay diamantes que son de más calidad que otros?

De ninguna manera, todos somos diamantes puros, porque todos tenemos el ser divino en nuestro interior. Lo que varía de uno a otro es el barro que lo cubre, la basura que dejó sobre él su árbol genealógico, la sociedad y la cultura, impidiéndole mostrar al mundo toda su luz y toda su belleza. La tarea del arbolista es dejarlo limpio tal como era en su origen.

¿A qué se dedicarían si lo tuvieran todo? Es decir: poder, dinero, fama…

Es una buena pregunta que ofrece una respuesta en la que el entrevistado queda perfectamente retratado. En mi caso me dedicaría a este trabajo de arbolista, sembrando y esparciendo semillas sanadoras.

La actividad de arbolista no busca poder, dinero, ni fama. Quizá si lo tuviera todo, lo volcaría todo, para poder llenarme otra vez y volverme a vaciar. Eso para mí es ley.

Y si llegara un poderoso mago y le dijera que va a concederle tres deseos. ¿Qué le pediría?

Esta es otra pregunta muy útil para un arbolista ya que con ella puede definir el nivel de consciencia de su consultante. Pongo algunos ejemplos para que se comprenda mejor:

-Los deseos más primarios (sexo, comida, etc.) se sitúan en el nivel más bajo, el de la consciencia animal.

-Deseos relacionados con el juego y el entretenimiento van de la mano de una consciencia infantil, el siguiente escalón. Podemos imaginar un deseo infantil: que España gane el mundial de fútbol.

-Encontrar pareja podría ser un deseo asociado al nivel de consciencia romántico.

Otra forma de preguntar lo mismo que nos gusta a algunos arbolistas es: ¿qué harías durante 24 horas si te hicieses invisible?

¿Cómo se conocieron los padres? Tengo entendido que esa es una pregunta que se formula muchas veces en esta disciplina.

En realidad no hay ninguna pregunta que sea inocua, todas responden a una necesidad. En este caso cuando el consultante responde con frases que indican que el encuentro no fue especial…es porque en realidad sus padres no se querían. (O le transmitieron a él esa imagen) Si no vio amor, el hijo tampoco va a saber querer, es algo que desconoce porque no lo ha visto.

Parece ser, a riesgo de equivocarnos, que cuando uno encuentra a su pareja hay algo que se sale de lo normal… Por ejemplo, ese día fuiste a un sitio al que nunca habrías ido en condiciones normales. Y sobre todo, el amor es certeza absoluta de que es eso y sólo eso…

¿Qué le diría a un chico que se encuentra en una situación como la que acaba de describir?

No se puede generalizar, hay que conocer el caso en profundidad. En principio, es posible que el chico diga que sus relaciones siempre son cortas, que no consigue estabilidad afectiva, es el reflejo de lo que vivió como niño. Y con total seguridad, es posible que lleve unas defensas muy altas…

Para poder encontrarse, tendría que realizar un acto psicomágico de reconocimiento social, donde se mezclara la valentía y la belleza. Por ejemplo, desnudarse frente a un auditorio de 500 personas y dar una vuelta por la sala al tiempo que recibe los aplausos de la misma. Algo así sería como un punto de inflexión para comenzar a cambiar de vida…

¿Qué pasa si hay lagunas, si no se conocen los datos de los antepasados?

Es un hecho frecuente que no sepan nada en absoluto, o muy poco, sobre un miembro de su familia, o de varios. Debemos entonces distinguir si esa ausencia de conocimiento se debe a las típicas resistencias para sanar, o en realidad ha habido un corte de comunicación entre dos generaciones, con lo que a las siguientes nos les llega ese río de datos tan valioso para construir el árbol. Ambas opciones en sí mismas son fuente de información, aunque parezca paradójico.

¿Puede explicar mejor por qué la falta de información es una valiosa fuente de información?

Pondré dos ejemplos. En el primer caso, tenemos delante a una persona que no se quiere curar, ese es el mensaje de quién no colabora con el sanador. El devolverle ese mensaje abre un nuevo diálogo: ¿por qué es que no quieres sanar? En el segundo caso, hay unos hijos que cortaron emocionalmente con sus padres y puede que no sepan luego ser padres, les falta esa información.

He escuchado en alguna entrevista hablar sobre “la mirada del árbol”, ¿a que nos referimos con esa expresión?”

Partimos de que no hay una realidad, sino realidades, pues lo que llamamos realidad no es un ente único, sino que toma formas variopintas según el observador que lo contemple y lo viva. Todos nos relacionamos con el mundo de forma diferente.

¿Y qué es lo que hace tan diferente a un observador de otro?

Lo que nos hace diferentes a la hora de percibir e interpretar lo que observamos son las creencias, y éstas no son otras que las que el árbol genealógico dicta como leyes. Todos tendemos a obedecerlo, por lealtad, para asegurarnos la supervivencia y el afecto.

Desde el intelecto, entendemos el mundo como nuestro árbol lo entiende. Desde lo emocional, amamos como ama nuestro árbol. Desde lo sexual-creativo, nos permitimos gozar y crear con los límites que impone nuestro árbol. Desde lo material, necesitamos lo que nuestro árbol deja que necesitemos. Si se realiza un trabajo metagenealógico y logramos deshacer esas creencias irracionales, se recupera una mirada pura, propia del individuo, libre de toda contaminación por ideas locas del árbol. Entonces empieza una nueva relación con el mundo. El punto de partida es la libertad.

¿Cuál es la mayor herida de nuestro árbol genealógico?

Debemos tener en cuenta de que es posible que llegáramos al mundo para tratar de reparar una de esas heridas.

Vamos a imaginar que tenemos un nombre compuesto de dos tíos que murieron a temprana edad. Vamos cargando con dos “fantasmas” de nuestro árbol genealógico que impedirán que nos realicemos, que seamos libres. Lo mejor que podríamos hacer en ese caso es cambiar de nombre y salirnos de la locura que nos proyectaron.

Algo de metagenealogía que no comprendo: ”el nudo que padezco es lo que faltó en el árbol”

La familia nos pone el mismo nombre que tiene nuestro padre y nuestro abuelo. En realidad lo que ocurre es que no nos ven, no nos dan una existencia real, a cambio nos ofrecen un nudo narcisista. Y a partir de ahí empezaremos a repetir los destinos de esos familiares como si se tratara de fotocopias…

¿Y cuando el nombre es de un artista de cine o de flor?

Todo lo que nombras adquiere las cualidades de ese nombre. Si llamas a tu hijo como el protagonista de una película que te gustó, puede que ya tenga el guión de su vida escrito.

Creo que a todos los lectores futuros padres y madres, les gustaría saber que camino tomar para escoger el nombre de sus hijos.

No pensar en ningún nombre que exista ya en el árbol de la madre ni del padre, ni en ninguno semejante, pues a veces se repiten nombres camuflándolos. Segundo, estar atentos durante el embarazo, pues a veces les llega un nombre al padre y a la madre a la vez y esa es la mejor señal de que es el nombre justo. También es posible decidirlo una vez el bebé ha nacido, pues él mismo puede transmitir a los padres el nombre que desea de alguna manera mágica. Que no sea una decisión intelectual, sino desde la intuición. Lo importante es respetar la individualidad del hijo, su infinita capacidad de ser todo lo que puede ser y no empezar a ponerle límites con el nombre nada más nacer.

En qué se distingue vuestra corriente metagenealógica de las demás disciplinas que también encuentran las raíces de los conflictos en el árbol genealógico.

Hay muchísimas diferencias, aunque hay dos claves distintivas: la primera es la forma de abordar el estudio del árbol genealógico desde el arte, como arte-sanos, no hay un método estructurado para sanar. El arbolista trabaja desde su yo intuitivo, hay un acercamiento vital y hasta físico hacia el consultante y es eminentemente creativo. La segunda viene dada por lo que llamamos psicomagia, como forma de abordar los conflictos detectados en el análisis del árbol genealógico. Una vez detectados los nudos del árbol, sus heridas y sus huellas, estos son sanados a través de actos simbólicos que se recomiendan a los consultantes, para que llegue a su inconsciente el mensaje que en cada caso sea preciso, en su mismo “idioma” el de la metáfora.

¿Y es suficiente con un acto psicomágico para lograr esa sanación de la que hablas?

Depende mucho del nivel de consciencia del consultante y del grado de afectación en que se encuentre respecto a esos conflictos.

Añadamos a la pregunta anterior que como señalan los sufís, habría que tomar de cada una de ellas lo que sea útil para una persona en concreto y para un momento concreto. Y por encima de todo estar abiertos a lo que nos pueda aportar algo en el camino de la sanación.

Imagen:  Romanie

 Fuente: http://planosinfin.com/que-es-un-arbolista-2/

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