¡Mío, mío, mío! dicen los niños ¡tan a menudo! Al menos las imágenes con los animalitos nos parecen menos «egoistas» ¿verdad? ¡hasta nos reímos! También es verdad que los padres somos un poco coñazo: a un niño que está atravesando ese tiempo del «mío» se empeñan en decirle cosas como «hay que compartir» ¡está en otra historia el niño todavía!
Quitar el «mi» de nuestro discursos… disuelve un montón de nudos en nuestra vida, ya lo creo, porque deja de generar miedo la pérdida de eso que consideramos «mío» y eso si que es grande para nuestra energía: no tener miedo.
Un campo donde eso «mío» adquiere otras connotaciones es la familia: Cuando hablamos de familias «mi» familia, «tu» familia… la cosa se pone fea, se enrancia…y da muestras de que esa pareja vive expresando los programas familiares de cada uno.
Gracias, viajeros
ALMAJAKE-JAKE AL ALMA 23-11-2013
¡AY! ¡NADA TENGO!
“Cuando ‘lo mío’ se ve amenazado, o se interpreta como que te van a amenazar o te lo van a quitar o…, entonces aparece el susto, la preocupación, la obsesión…”
J.L. Padilla