Hemos hablado más de una vez sobre este tema de las fumigaciones en los cielos.
Me alegra y agradezco mucho a todas estas personas – en este caso de Murcia – que están dando el callo y denunciando a todos los estamentos la fumigación masiva a la que estamos sometidos casi todos los días del año. No solo en Murcia. Yo estoy lejos de allí y veo las mismas estelas de fumigación que servirán para lo que sea: para cambiar el clima, para envenenar-nos… yo que sé pero desde luego para algo bonito no son… si no ya habrían salido todos a decir que … Y no lo han hecho, se esconden unos en otros: no son de la AENA, no son de … no son de… y ¿entonces?
Al final, nos cobrarán un impuesto porque dirán que lo hacen para nuestra seguridad, para que el sol no nos llegue tan fuerte o a saber qué excusa ponen. Y seguro que también lo hacen para que el sol no nos llegue pero no porque es fuerte y nos puede hacer daño sino lo contrario: porque el sol ahora emite una cantidad ingente de fotones que ayudan a nuestra mente a ser más lúcida. ¡Y no están dispuestos!
En los días nublados, todavía es peor. A la que se empiezan a disgregar las nubes, por debajo está lleno de líneas de fumigación.
Y en las que se ven en el vídeo que comparto, se ve claramente que no van a ninguna parte, hacen dibujos, van, vuelven… y los agentes o los periodistas ya verán que preguntas tontas hacen. ¡coño, sal a la ventana y lo ves!
Además, el que aquí – en España – todavía estemos hablando del sexo de los ángeles no quiere decir que en los demás países no se sepa lo que hay. Investiguen – no hace falta hacer mucho, ¡hasta el presidente de Polonia en el parlamento lo dijo!
Y aquí el personal mirando al suelo mandando mensajitos en sus teléfonos de última generación que es lo que importa para «vivir».
Gracias por la oportunidad, viajeros
Esto sí que tenía ser viral y no los grillitos cantores
Por esto sí que teníamos que estar haciendo virales en Facebook, Twitter, mails. Esta denuncia valiente, debería ser colectiva. ¡Se sienta tanta impotencia cuando la gente acepta que la maten!
El lamento no viene a cuento ni trae cuenta 