UN LUGAR EN EL PARAÍSO…

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Buenos días, viajeros de luz

Me traje un pequeña compu como dicen por acá con la ilusión de poder escribir lo que viviera, sintiera, compartiera… ¡¡¡Ja, ja, craso error!!!

Desde el primer día – antes de llegar no lo había hecho nunca – cada vez que abro una página tarda un montón a pesar de tener buena señal porque dice algo de un script (que no tengo ni idea de lo que es) y hasta que los programas se reordenan otra vez… hay que esperar.

Ayer yo estaba tan contenta porque el hijo de esta parejita de argentinos (Manu, se llama)  que me acogen tierna y generosamente desde que volvimos de Uruguay ya me había prestado un teclado que tenía por ahí sin usar pues las letras ya no se ven (afortunadamente escribo sin mirar el teclado así que para mí iba perfecto y ya estaba yo tan feliz pensando “ahora voy a escribir todo lo que no he podido estos días y voy a compartir fotos… “ ja, ja… )Sí, ahora puedo escribir en Word estupendamente pero la compu sigue haciendo lo que quiere así que hay que adaptarse. Escribiré la entrada y después en su casa subiré las fotos  y demás.

Ja, ja, me da la sensación como que me dicen… “vive, ya escribirás cuando puedas”. En realidad así lo he ido haciendo medio “obligada” por los “problemas tecnológicos” que gracias  a Manu se van resolviendo. Son unos genios los chicos jóvenes, lo que para ti es toda una montaña… para ellos es simplemente un granito de arena.

Martín y Liliana, como dije en una entrada anterior, viven en una casita que para mí es una gozada aunque ellos se empeñen en decir que son “medio pobres” y que han hecho ellos y el papá de Liliana en su gran mayoría. ¡¡¡Uau!!! Claro, ellos me dicen “éramos jóvenes por entonces y con mucha fuerza” y tenían la ayuda inestimable de Coco – el papá de Liliana que se ha dedicado a hacer casas durante muchos años… “excepto la suya que la compró hecha” dicen todos y se ríen.

Es alucinante ver y sentir en cuantas cosas estamos de acuerdo y decimos “y yo también”. Cuando les hice la onda encantada maya, vimos – y así también entendimos la fácil comunicación –  que todos compartimos la onda encantada del Enlazador de Mundos (como resumen diría que ese símbolo nos guía hacia “el morir hacia lo viejo para nacer a lo nuevo”). Ja, ja, para más sincronías, ayer que celebrábamos el cumple de Manu (17 años), vinieron a compartir celebración y alegría una pareja de amigos con sus dos hijas. Me pongo a mirar que eran ellos… y lo mismo… todos compartíamos esa misma misión: la de morir a lo viejo para nacer a lo nuevo. Fue un día relindo, como dicen por aquí.

El caso es que Liliana tenía el sueño de tener un lugar donde hacer unas cabañas para alquilarlas, que fuera acogedor… ¡Y lo logró! A fuerza de mucho esfuerzo, también es verdad. Sincrónicamente yo tenía el mismo sueño y cuando veo que ella lo ha conseguido es como que yo lo hubiera cumplido también.

Y en ese lugar estupendo estoy yo alojada desde el viernes que me vine. Me hicieron emocionar pues había estado en su casa desde el martes que volvimos de Punta del Este – Uruguay –  y el sábado cuando llegaron al lugar de las cabañas a celebrar el cumple de Manu por adelantado, esta vez con los amigos de él (4 chicos de 17 años, tranquilos, sencillos… que llegaron y dieron besos a todos… para mí es una gozada pues me gustan los besos y en Salamanca, mi ciudad, se estila poco) me dice Martín que me echaron de menos al levantarse pues “nos faltaba algo” y al desayuno lento, pausado y largo al que no estaban acostumbrados y que conmigo habían disfrutado los días que estuve en su casa. “ah, así se empieza mejor el día”. ¡¡¡Y claro, ellos tienen un jardín grande y precioso delante de la casa donde poder hacerlo bajo árboles que ellos plantaron y acompañados de el sonido de los pájaros!!! ¡¡¡Un auténtico regalo!!!

Las cabañas están en un terreno que el padre compró hace algunos años, cuando todo estaba más barato y donó una parte a Liliana para que realizara su sueño. ¡¡¡Bendito seas Coco, ese es un padre!!!. Las cabañas también las hicieron ellos y también construyeron una piscina estupenda y un edificio que le llaman el salón y que sirve para hacer celebraciones, eventos y para que uno tenga un lugar espacioso si viene con niños o por si llueve o hace mal tiempo y no puedes estar fuera disfrutando de este espacioso lugar verde y bien cuidado. Pueden imaginar que es un esfuerzo mantener el césped en condiciones pero ellos se ocupan con gusto de que así sea para ofrecérselo a las personas que vienen a alojarse o hacer alguna celebración.

Ayer por ejemplo vinieron un grupo de docentes a pasar el día pues la piscina es una gozada y en el salón pueden además cocinar – hay una parrilla para cocinar a 80 personas… ¡si algún día la ve el Finder… le encantará! Y el finde que viene hay una fiesta de 30 personas que seguro van a disfrutar de los detalles y la hospitalidad de Liliana y Martín.

Ayer por otra parte, para celebrar con la familia el cumple de Manu, vinieron a su casa una pareja con sus dos hijas. Él tiene una hermana en San Sebastián en España así que enseguida contactamos y ella es una médico alegre y muy intuitiva que en cuanto terminamos de comer y nos pusimos al “lío” de la biodescodificación fue genial pues nos reíamos viendo las sincronías, las coincidencias de fechas entre unos y otros, los dobles, los programas…

Fue un maravilloso día y muy nutritivo.

Yo en cuanto llegué a estas cabañas y viendo todo el espacio que hay… ví que el lugar se podía transformar en un lugar de sanación y ellos están felices soñando que así sea. Ellos también se formarán en Bio pues aquí lo pueden hacer igual y como para marzo del 2016 volveré y empezaremos la andadura de este nuevo equipo argentino. Realizaremos encuentros aquí y en la medida en que podamos empezaremos a organizar la primera cuarentena guiada y acompañada.  Paula, la médico también se anima a formar parte del equipo y su marido es un “águila” docente que nos ayudará sin duda a ver las cosas desde arriba como ese ave hace tan magníficamente. Aquí, desde la cama de la cabaña, cuando me despierto siempre hay algún “aguilucho” que llaman acá pero que no se parecen a los de allí pues son de otros colores; mirlos, horneros,… es fantástico.

Y hablando de fantástico -yo diría mágico – les voy a contar: a Liliana le encantó el qigong que hacemos en Tian en base a idiogramas chinos. Solo pudimos hacerlo un día pues después todo se ha ido enganchando y casi no hemos tenido tiempo de ponernos a ello. El caso es que el sábado, después de que se fueran todos a casita y yo me quedara aquí, me serví un vinito blanco en la terracita de la cabaña y me quedé “flipada”. No sé qué son los bichitos de luz pero me puse a hacer qigong y alrededor y a la luz de la luna que ya va creciendo, hay luces que brillan aquí, allí, allá… por todos lados, se apagan, se encienden. Al principio creía que eran como luciérnagas pero no pues aparecen como de la nada, a tu altura, por encima, en el césped… No había visto algo parecido. Desde entonces, en lugar de hacer el qigong por la mañana pues el césped está muy mojado… lo hago por la noche bañada por la magia.

¿Podría pedir más? Hay personas que me dicen que tengo que ir a este lugar o al otro… y sí, voy a ir pero en realidad… la vida aquí me ofrece más de lo que necesito y sobre todo me ofrece generosa ternura, hospitalidad, cariño, alegría y por las noches además… magia.

Uau, gracias, gracias, gracias.

Y gracias a ustedes por seguir en la senda de este espacio. Pido de nuevo disculpas a las personas que preguntan o que hacen consultas sobre bio. En cuanto pueda y tenga un medio más sencillo y que me ponga menos nerviosa que esta compu… lo haré encantada.

Mientras tanto, les dejo con mucho gusto el encuentro que hizo Jorge Wilcke aquí en Buenos Aires. Seguro que aprenderán el significado oculto e inconsciente de muchas dolencias, enfermedades y aspectos relacionales.

De nuevo, gracias, viajeros de luz, a ustedes por acompañarme y al Universo por sostenernos a todos. Un placer, un gusto y un honor.

 

 

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