Gracias infinitas al cine venezolano por hacer esta hermosa película que traigo a compartir hoy con ustedes. 

Hermosa, fresca, auténtica y sobre todo… te devuelve la esperanza en el ser humano. Mi mamá solía decir hablando de la miseria del pueblo africano… «hija, si un día se unen y se dan la vuelta… «, pues eso, aquí podremos ver ese unirse contra la maldad representada por buitres que todos conocemos (perdón, buitres humanos que los con alas no hacen lo que nosotros) y que pueden hacer casi cualquier cosa como dejarte sin casa después de haber sobornado jueces. Y así veremos cómo la queja es gratuita porque es la unión entre nosotros la que dará la vuelta a las cosas… contra esa unión los «buitres» no saben qué hacer, tienen miedo, reculan, se van. 

La historia es preciosa: madre separada que tiene que hacer un curso no se donde y lleva a su hijo de 11 años (de ciudad, acostumbrado solo al celular) a pasar las vacaciones de verano con el abuelo… allí en el monte. ¡Ninguno de los dos (nieto y abuelo) está de acuerdo con esa decisión y la primera noche ambos se van a dormir con la angustia en el pecho…3 meses…! La película transcurre en ese tiempo y lo que les va sucediendo para que tanto uno como el otro cambien, evolucionen, «se les caiga la ficha». 

Por otra parte, podemos ver la naturalidad con la que se da la relación entre vivos y muertos. Un testimonio que espanta miedos que nos han inculcado. Amén de la naturalidad de fenómenos «extraños» como que un manzano se vuelva azul por decisión propia. 

Qué la disfruten con amigos, hijos, padres…o con ustedes mismos, el caso es disfrutarla.

Gracias, viajeros de luz 

Ah, los paisajes son hermosísimos.