¿CÓMO DISFRUTAR DE NUESTRA COMPAÑÍA? – con Enrique Simó

Entrada publicada originalmente el 15/11/2017 en www.ellamentonovieneacuento.com

Es genial, tú hablas de algo, preguntas algo… y si estás atento… te llega la respuesta a través de cualquier medio.

Hace unos días comiendo con una amiga, me decía “la verdad, no soy muy buena compañía estos días, a mí misma no me gustaría estar conmigo”. Le confesé que a mí me pasaba lo mismo y más a menudo de lo que me gustaría. Las dos nos echamos a reír. ¡Vaya tribu!

Claro, si no estás agusto con alguien… pues en última estancia te vas y se acabó el problema pero ¿con uno mismo?

Y una pregunta tonta, ¿si no estás agusto contigo misma… qué buena compañía serás para otros o con otros?

Pues ya ves, uno no puede dar lo que no tiene, es imposible, ja, ja. Pero como la religión nos “animó” a mirar para afuera porque mirar para adentro era mirarse el ombligo y ser egoísta… pues aquí estamos.

Cuando estuve por tierras del este en octubre, Maru me presentó a este hombre que vengo a compartir hoy, Enrique Simó. A pesar de que había otras entradas preparadas me pareció una buena sincronía que precisamente antes de ayer me llegara en you tube esta charla con un título estupendo y acorde con la reflexión que hacía mi amiga sobre su propia compañía: “Aprender a disfrutar de mi propia compañía” y seguro que más de uno ha pensado: “¡ay, sí, por favor, a disfrutar de mi propia compañía porque a veces… me mandaría a la porra!”

La charla es bien práctica porque nos obliga a reflexionar, a pensar, a indagar sobre nuestra dinámica y estoy bien segura de que se van a ver reflejados  en más de una frase-ejemplo que va desgranando en los distintos ejemplos que da. Y es que la charla nos ofrece CÓMOS de esos que nos gustan tanto a los mentales. Bueno, nos gustan.

Nos gustan en teoría porque los cómos para que funcionen, para que veamos los resultados que pedimos … hay que aplicarlos, es decir ponerlos a funcionar y eso, a los mentales, y somos casi tós, se nos da menos bien. Ja, ja, es como que esperáramos la varita mágica de la transformación instantánea – que se da, cuando el sentir que nos vive es la certeza pero así de bobilis bobilis no.

Y Enrique Simó, como suele ser con todos los que comparto, es sencillo; los puntos que ofrece para aplicar y “eventualy” como dicen los ingleses – es decir, como resultado – disfrutes de ti mismo, no te riñas, te calles… y disfrutes de todo y con todos, son sencillos. Son producto de una decisión firme de apasionarnos por ese trabajo interior – sin esfuerzo, por gusto.

Desde hace años, personalmente lo que más me nutre es ese trabajo en mí, ¡qué cine ni ocho gaitas! ¡si las películas que me hace mi mente son en vivo y en directo y en improvisación! Y además me sirve para comprender cómo se sienten los otros cuando les pasa porque a ti ya te pasó igual, ya pasaste por ahí. Comprenderlo y trascenderlo es todo un arte y como la Vida te da tantas oportunidades para practicar solo con que te posiciones en “venga, vamos a ello”… ya tienes el día hecho, ja, ja.

Pues eso, vamos a ello.

Les comparto las notas para que puedan imprimirlo, subrayar, escribir, ver qué resistencias hay en algún punto… y las van a sentir, ja, ja.

Para empezar, Simó hace una caracterización con frases de esas que provienen de La Voz – esa de los programas, de las creencias, de los códigos… de dos tipos de “personalidad”: la Víctima y el Juez – o la jueza que la mujer es increíble a la hora de juzgarse a ella misma. Somos genias para eso, que dirían en Argentina.

 

La Víctima

Por la mañana está ya cansada

El primer pensamiento es “¡cuándo podré dormir otra vez pero tengo que ir a trabajar!”

“¡que dura es la vida! ¡y las circunstancias, qué difíciles!”

“Si algún día cambiara algo, si algún día encontrara el trabajo que me gusta… o si algún día me encontrara la persona ideal de mi vida… pero de momento hay que luchar por trabajar”

“Qué pena el día que hace hoy”

“Otra vez me han puesto el mismo problema”

“Es la hora de comer y no sé dónde ir”

Su mente está llena de quejas, dificultades y siempre está esperando. Su felicidad está en el futuro.

¿Estás bien con esa persona?

 

El juez

Le cuesta dormir, su cabeza siempre tiene pensamiento y está siempre juzgando

“Lo que hice ayer no fue bueno, quizás tenía que haberlo hecho de otra manera”

“Y aquello que le dije a fulanito: ay, qué va a pensar de mí”

“Ay el café está mal, nunca me sale bien”

“Y tengo que hacer no sé que y además…”

“Fíjate en ese… “

“Me han dejado las cosas en el peor sitio”

“Como está el tráfico, la contaminación…”

Su mente está llena de juicios, ideas y opiniones sobre los demás.

¿Es agradable estar al lado de una persona que te está todo el tiempo diciendo cómo están las cosas, que te está siempre corrigiendo… que te da siempre su opinión?

El 1 es la víctima y el 2 es el juez

Y todos tenemos dentro los 2 y por eso no disfrutamos de nuestra compañía cuando somos víctimas o jueces porque es insoportable.

Al de afuera se lo dices: ¡vete, déjame, no te soporto más!

Pero ¿cómo te lo dices a ti mismo? ¡Dios mío, no me soporto!

Y cuando eso nos pasa nos ponemos a hacer muchas cosas. Nadie tiene tiempo para pasar porque no queremos parar para escuchar lo que hay dentro porque no nos gusta.

Después nos propone pensar en una persona con la que nos gustaría estar, como es, qué nos gusta de ella… En la charla no hay tiempo de mucho pensar cada uno, pero ustedes la ven con tiempo, dénselo para sentirlo y escribirlo y así tenerlo presente para la segunda parte – que no les cuento porque si no, pierde la frescura y la gracia del ejercicio.

Y dice algo a apuntar: “somos esas personas si somos capaces de desprendernos de lo que no somos”. Y casi todo lo que creemos que somos es falso hasta que no nos metemos a esto de mirarnos porque a menudo son esas frases que nos dijeron de pequeños “es que eres…” “es que erees…” y a fuerza de “es que eres…” te lo has creido pero no lo eres. O te has ido adaptando a esos juicios y opiniones para sobrevivir, para que nos quisieran… Pura biología, ja, ja.

Pero… no soy eso. Y esa certeza es la que abre caminos.

Seguimos con las notas:

Cuando queremos que algo ocurra, le dedicamos tiempo pero es como si a nosotros mismos no nos quisiéramos dedicar ese tiempo: “ay cómo me gustaría pero no tengo tiempo”

Vivimos en el futuro, pensando en que algún día viviré. Es la ilusión de la mente.

Por eso, para empezar:

MEDITARla meditación nos permite encontrar un espacio donde observo aquí dentro: qué tipo de patrones se repiten durante el día cuando soy juez o víctima

Si no paro, no me puedo dar cuenta. En la acción no tomo conciencia, no me doy cuenta y no puedo cambiar. En la medida que me doy cuenta ya estoy cambiando algo porque me separo de aquello que cuando no me doy cuenta creo que soy.

Porque me identifico con el personaje: “es que no puedo, lo tendría que hacer mejor”

Cuando paro, cuando observo, cuando focalizo,  me separo de ese personaje que me hace infeliz y me conecto con mi autenticidad.

El personaje siempre quiere volver.

Cuando preguntas: ¿qué quieres? La respuesta es siempre algo externo: una casa mejor, un trabajo mejor… viajar… todo es externo y te aseguro que te cansas siempre.

Cuando trabajas en ti, siempre estás contigo. Meditar no es un trabajo, no es algo que haya que hacer.

¿QUÉ HACER PARA DISFRUTAR DE NUESTRA COMPAÑÍA?

1

Apasionarnos por el trabajo interior

Mirar dónde hay resistencias con personas y relaciones: habla, disculpa

Estírate y observa qué pasa después

Las cosas a las que nos resistimos nos encogen, cuando nos abrimos la energía se expande. Cuando te atreves, te liberas, te expandes.

Revisar: algo que queda pendiente con alguien, si he hecho algo que ha molestado, mis resistencias… para resolverlo

Cuando lo resuelves, el primer beneficiado eres tú: el liberado eres tú, ya has hecho el trabajo. Los otros lo harán o no.

Y así empiezas a disfrutar de tu vida, de tu compañía, de cada momento.

DALE SENTIDO A LO QUE HACES

 

2

DESARROLLAR LA VISIÓN

Visualizar cómo quiero ser, cómo me gustaría verme y empezar a sentirlo y vivenciarlo. No funciona con solo decirlo.

Sentirlo físicamente y posicionarte físicamente en esa visión. Si yo ando con garbo, con la espalda erguida… aunque diga que estoy deprimido… no me lo puedo creer. La postura es fundamental.

DARLE VIDA A LA VISIÓN: es una oportunidad de estirarme

 

3

A veces te nublas. Por eso, HABLAR CON PERSONAS QUE LO HAN CONSEGUIDO, preguntar cómo lo han hecho. Internet.

Eso te da una re-alimentación que da un gran movimiento a tu vida

 

 

4

APLICARLO

sino, se queda en ideas

Para ello: acciones enfocadas, acciones consistentes. Para ello, necesitamos.

Compromiso  con nosotros mismos: no “intentar hacer”, hacer. Cuando dices que intentarás, le das un margen enorme a que no sale. Te estás diciendo que no pero con buenas palabras.

Tengo que saber el precio que voy a pagar por este esfuerzo que voy a hacer

La dificultad va a aparecer cuando decida que quiero trabajar sobre mí

Necesito DES-IDENTIFICACIÓN de mí mismo, trabajar con ello. Observar lo que necesita ser estirado

No necesito estar pendiente del resultado, ya se daráDisfruta de la decisión y empiezas a vivir el presente y el cambio es en el presente: los niños se caen y no se enfadan, se ríen.

Hacer un poco el ridículo.

 

5

Lo que nos va a ayudar en los días de nubes e interferencias es CONECTAR CON NUESTRA ESENCIA lo que me da una energía que me permite trabajar mejor, pensar mejor, relacionarme mejor…

La meditación es

estar en silencio, observar las voces… des-identificarme y conectar.

Y cuando conectas con esa conciencia, sientes que hay otra PRESENCIA.

 

Y ahora, manos a la obra. Un gusto, viajeros de luz.

 

Gracias, gracias, gracias

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s