EL “MODO” ALERTA Y NUESTRA VIDA

¡Allá ... vamos! (3)

Hace unos días mantenía una conversación muy fructífera con una amiga que después a mi mente le ha dado mucho juego.

A esta amiga y su familia, en la que incluimos los 4 perros y 2 gatos que vivían con ellos, se les incendió la casa una noche y cuando se despertaron … estaba todo en llamas y perdido, excepto la cocina y un baño que quedaron intactos. Ya ven ustedes, la cocina y un baño en medio de todo calcinado. Y tiene su aquel que sean así porque me contaba que en su casa familiar, solo se encontraba bien en la cocina y en un baño. Ole, el inconsciente qué bien apunta las cosas, no se le pasa ni un dato aunque nosotros tengamos memoria de pez, ja, ja.

Personalmente cuando ella nos lo comunicó en el grupo en el que estamos… se me encogió todo el cuerpo para adentro. ¡Uau! Esta  es una experiencia de las que puede tambalear todo tu existir. A ellos les ha dado alas y eso me hace admirar a esta amiga mucho más de lo que ya lo hacía.

Bien, pues conversando el otro día con ella sobre el dolor de los animales perdidos – solo quedó una gata negra, la suya, la de siempre – me dice una frase que nos dió para una hora de conversación: hablábamos de los 4 perros que vivían con ellos, de que todos habían sido recogidos en refugios para perros abandonados, en la calle heridos… y hablábamos del nuevo perro – precioso por cierto, super juguetón – que eligieron entre los cuatro de la familia en una tienda. Ella me decía “es la primera vez que me dí permiso de ir a una tienda a elegir un perro de raza y pagar por él”.

Y me dice: “los cuatro que se fueron eran listos, éste es inteligente”. Y aquí empezó esa conversación fructífera que mencionaba al principio de esta entrada.

FLORECER EXIGE PASAR POR TODAS LAS ESTACIONES

 

 

Los 4 que se habían ido eran listos, la vida que habían llevado, porque les habían abandonado, porque les habían tratado mal… les había hecho agudizar su ingenio para sobrevivir. Sin embargo, siempre había una excesiva alerta que les impedía ser tranquilos, confiados, cariñosos, juguetones. el nuevo, que venía de familia sin “memorias celulares” de hambre, de maltrato, de abandono… es alegre, expresivo, confiado, amoroso. Su sistema de alerta seguro que está activado aunque… sin el exceso de los otros cuyo sistema de alerta llevaba posiblemente generaciones con una información de “cuidado, cuidado, cuidado” como poco.

Y después lo trasladamos a nosotros, humanos que nos parece que no tenemos que ver con todos los demás seres vivos… siendo parte y arte de la misma Esencia, de la misma Unidad, de la misma Totalidad.  ¡Ay, qué ceguera!

Y cuando lo hacemos, veo que si yo en mi vida cotidiana tengo activado el “modo” alerta, igual que a esos perros, me será complejo ir más allá del menú que se abre en “modo alerta”: defenderme, huir o hacerme el muerto – que también vale como estrategia de supervivencia, ja, ja. A no ser que sea una elegida divina por algo, más jaja, – pues lo somos todos – si no hacemos el trabajito de desactivar ese “modo alerta” cuando no sea necesario y refrescar el sistema… es poco probable que, por ejemplo, el disfrute gozoso entre en tu vida. 

Gozoso disfrute que proviene de la presencia, de estar en el momento, de vivirlo… confiadamente. Gozoso disfrute que es más bien un resultado de una forma de mirar, sentir, hacer.

El cerebro que rige el “modo supervivencia” no tiene tiempo de disfrutar, por ejemplo, viendo cómo unos pájaros se van comiendo el pan que yo cada mañana les pongo y sus dinámicas territoriales y cómo cada vez se acercan más a la casa, a nosotros (para esto se necesita tiempo también)… tiene otros “problemas” que resolver. Y genera prisa, genera ansiedad…miedo, en realidad. Muy lejos del gozo.  Cuando el cerebro todo el día tiene que resolver…no hay tiempo de repanchingarse, de tirarse a la bartola por ejemplo,… ni espacio mental para la confianza que abre la puerta a que lleguen las ideas, las nuevas propuestas…que disolverían el “pretendido problema”, seguro. 

Y claro, es natural que el cerebro esté alerta si hay un león cerca o algo físico que me pueda desestabilizar… sin embargo, si lo tenemos activado 24 horas por el run-run de preocupaciones, miedos que no están en momento presente, … es excesivo – y es en los excesos donde vamos a buscar el origen del des-orden que ahora estamos viviendo (al final todo se trata de ordenar, de ordenarnos emocionalmente). Y al final, como no desconectamos el “modo alerta”… se configura como nuestra personalidad, nuestra manera de ser, la que sea..

Y ese exceso de “celo” para todo y en todo, nos hará vivir situaciones y encontrarnos con personas que confirman las creencias y programas que heredamos de nuestro transgenracional, personal y colectivo, y que después fuimos agrandando y haciendo más ciertas a lo largo de nuestro devenir hasta convertirse en nuestro modo de vida, en nuestras gafas de percibir.

Así que si no tuvimos la “suerte” de venir de familia con todo resuelto y ordenadito… nos va a tocar hacerlo a nosotros – ja, ja, sí, no nos libramos –  si queremos que nuestra vida se parezca a la vida que de verdad nos corresponde, nos pertenece por Ser, por ser Arte y Parte de la Unidad.

Cada uno sabrá cómo desactivar ese sistema de “seguridad excesiva, control excesivo, protección excesiva” que anula la capacidad creativa genuina a nuestro favor sabiendo que somos los creadores de nuestra realidad. En este espacio nos gusta compartir muy diferentes herramientas precisamente porque cada uno vibra con elementos diferentes. Elijan por resonancia. Su Ser lo sabe bien.

Como escuchaba a Sergi Torres en una conferencia esta mañana, “¿es que nadie pone en duda al narrador que nos cuenta la película?”.

Pues eso, es una decisión de ir más allá de esa narración constante de cómo son las cosas que nuestra “mente programada y separada de la Unidad” nos propone con la consiguiente activación de todo una batería de pensamientos, sentimientos, emociones… que se traduce en toda una batería bioquímica y de vibración que atrae o aleja sueños, posibilidades, oportunidades, límites… – sin que yo casi me dé cuenta porque casi todo ese proceso, a no ser que esté presente, pasa desapercibido por el consciente. 

Las cosas las vivo yo en primera persona, sintiéndolas – traigan alegría, tristeza, rabia…lo que traigan – y así, para empezar, lo que me diga el narrador dejará de tener validez porque él no las vive, solo me cuenta lo que le contaron. 

¡¡¡Es que me creo sus palabras!!!: “tú cómo lo vas a conseguir si nunca lo has conseguido ni nadie en tu familia lo hizo?” por ejemplo. O cualquiera de las de su discurso y tiene para llenar un carro: ya les digo, todas al rededor de las únicas propuestas de las que dispone el “modo alerta en exceso”: defenderme, huir o hacerme el muerto.

Comenzamos Abril. La naturaleza por estos lares está maravillosamente florecida, no ha dudado en brotar en flores por doquier: cerezos, manzanos, rosales…. todo está en flor o todo está en hoja aunque no haya llovido en meses y aunque esta semana venga una ola de frío y las deje tiritando, como poco. Confian en su Ser, saben que todo tiene un propósito y ellas brotan y se expresan como lo que son. Con Confianza.

Eso es lo que nos pide la Vida: Florecer con Confianza.

Lo demás no es cosa nuestra, la mayoría de las cosas que activan ese “modo alerta” están fuera de nuestro alcance o ni siquiera nos corresponden, es como de risa y sin embargo así es.

Gracias viajeros de luz por hacer lo que les corresponde: Brillar.

Gracias, gracias, gracias.

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