Durante la onda encantada del sol habremos practicado (¿con más o menos exito, con más o menos perseverancia? el camino a la iluminación, el camino donde el sol-corazón se hace el guía de nuestras decisiones, de nuestros pasos. Y esa iluminación… de la mano del Caminante del Cielo – que es hoy – nos lleva a explorar otros espacios.
Qué curioso que cuando hablamos de explorar otros espacios nos parece que va a ser a otras galaxias… cuando menos, a espacios fuera y lejos de nosotros. Y resulta que el espacio menos conocido – habitualmente – el espacio más lejano casi es nuestro propio interior, nuestra propia alma… Pues ahí es donde el Caminante nos quiere llevar: a nuestro interior, hoy además ayudado por el enlazador de mundos que nos pide morir a lo viejo para nacer a lo nuevo. No desaprovechemos la ocasión de explorarnos, de navegarnos…a ver qué vemos y qué encontramos.
Feliz Viaje
Gracias
CAMINANTE DEL CIELO MAGNÉTICO ROJO – Kin 53
CAMINANTE DEL CIELO:
Acción: EXPLORAR. Poder: ESPACIO. Esencia: VIGILANCIA.
MAGNÉTICO:
Acción: ATRAER. Poder: UNIFICAR. Esencia: PROPÓSITO.
Pórtico Magnético, identifica el Propósito. ¿Cuál es mi meta?
Podemos utilizar esta onda del Caminante del Cielo, que es la del año que estamos, para hacer un repaso a lo que hemos vivido y queda por experimentar. Cada día de los 13, es la energía fractal de una Luna anterior de 28 días o de otra por vivir. Los 9 primeros días, equivalen a las 9 Lunas iniciales del año; al pertenecer al pasado, podemos repasar como han sido y lo que nos han enseñado. La 10, planetaria, es la que estamos ahora. De la 11 a la 13 son las que nos quedan por vivir; pudiendo enviar energía para que cuando lleguen nos den las experiencias que esperamos. La que comenzamos hace tres días, puede vivirse con la total consciencia del presente continuo.
Los días inexorablemente van transcurriendo. Aunque no nos demos cuenta, el tiempo pasado no vuelve. Aquello que no has hecho hoy y has dejado para otro día, se puede disolver entre toda la larga lista de acciones que todavía tienes pendiente. Para evitar que vuelva a ocurrir este acontecimiento, es preciso vigilar nuestras acciones y colocar prioridades.
¿Cuáles podrían ser las prioridades? Si repasamos lo que vivimos desde que nos levantamos hasta que volvemos de nuevo a la cama, ¿cuántas horas han pasado? ¿En qué las hemos ocupado? ¿Qué hemos atraído a nuestras vidas? Sabiendo que lo semejante atrae a lo semejante, ¿hemos explorado con consciencia, o por el contrario todo lo que realizamos ha sido desde la mera rutina? ¿He tenido espacio y tiempo suficiente para relacionarme con mi ser superior? ¿Me he acercado a Dios dialogando con Él?
Debemos convertirnos en exploradores de la vida. Todo aquello que nos llame la atención y permita que nos sintamos más elevados de espíritu, es un indicador, nos ayuda a conectar con el alma. Entonces, somos viajeros del espacio interior y exterior. Interior, porque vamos siempre al corazón y desde el lugar más pleno de amor que es, actuamos. Exterior, ya que todos nuestros actos tienen consecuencias cósmicas y kármicas.
Al explorar nuevos conocimientos y vivir experiencias diferentes, necesitamos mantener un punto de atención para poder observan hacia donde van dirigidas nuestras acciones. Hacer una pequeña reflexión. Analizar los acontecimientos. Observar con qué tipo de personas nos conectamos. Escuchar las conversaciones. Mirarnos y darnos cuenta de en qué estado de calma o desasosiego nos encontramos con esa reciente enseñanza o conocimiento.
El Caminante nos muestra la forma de reconocer los lugares y los seres con los que conectamos. Relacionamos el Cielo con las cosas buenas. Creemos que allí viven los seres superiores de luz. Incluso a Dios, lo ubicamos en él. Sin embargo, cuando pensamos en acontecimientos o personajes inarmónicos, nunca los relacionamos con el Cielo, sino con otras zonas… Ese espacio tan especial de matices azules, nos evoca lo deseado, el destino final de nuestra alma en su proceso de evolución. Observemos el dicho que hemos escuchado a nuestras abuelas: “Tu papá está en el cielo”, “Tu hermanito se fue al Cielo”… Parece que nuestro destino final está emplazado ahí arriba.
El Caminante del Cielo enseña a conectar con los Mensajeros del Espacio Estelar. Recibimos los mensajes de estos seres y los experimentamos. Nos los comunican para ayudarnos en el proceso de evolución en consciencia. Debemos agudizar los sentidos para recibir estas informaciones extrasensoriales. Nos orientan para lo que va a acontecer en el Nuevo Tiempo. Se trata de observar las “percepciones”.
El propósito de estos 13 días es explorar y vigilar con consciencia nuestros pensamientos, palabras y acciones. El objetivo: observar lo que atraemos con ellos. Finalidad: adoptar las iniciativas para provocar una mejor calidad de vida evolutiva al alma. Asimismo conseguir una mayor atención por parte del espíritu en las decisiones y experiencias diarias.
La vida es lo mejor que tenemos. Procuremos que no se nos escapen las acciones sin saber lo que en realidad nos ha ocurrido en ellas. Nos acercamos a dios que está en el cielo, según hemos creído desde pequeños. Ahora sabemos que allí además habitan los ángeles, maestros ascendidos, avatares, seres estelares y de luz… ¡no están separados de nosotros! ¡con nuestra percepciones agudizadas, podemos sentirlos! ¡entonces: ve, excucha, saborea, descubre el aroma y palpa; eleva tus sentidos a niveles extrasesoriales! ¡practica la telepatía con la llegada de la nosofera!
EL CAMINANTE DEL CIELO EXPLORA
Ha llegado el momento
de prestar atención,
el Caminante del Cielo
ha hecho su aparición.
Invita a los humanos
a mirar el firmamento,
a contemplar las estrellas,
incluso a viajar hasta ellas.
Va por donde desea
mirando a ambos lados,
no precisa andar,
necesita sólo volar.
Sabe reconocer
hacia donde se dirige,
en cada circunstancia
caminando lo alcanza.
Cuando llega,
muestra con su amor
el aprendizaje nuevo
si te interesa poseerlo.
Su número es el 13,
las Lunas del Sincronario.
La magia maneja
cuando a ti se acerca.
Su color rojo
es de iniciador,
el conocimiento muestra,
la visión enseña.
Su poder es el espacio,
por él nos lleva
si deseamos conocer
los puntos que se van a mover.
Su acción es explorar.
Ayuda a los humanos
a hacer viajes astrales,
también cósmicos y solares.
La esencia es la vigilancia.
Con su estado de atención
procura avisarnos
de alguna modificación.
Es el punto de enlace
que conecta
a los seres de aquí
con los de allí.
Los primeros somos nosotros;
los segundos son estelares;
juntos podemos colaborar,
la Noosfera crear.
Como Arquetipo Galáctico
por el Profeta me conocéis,
agente del tiempo universal
colonizando los mundos perdidos.
Os ayudo a diferenciar
el punto de conexión:
si es alto o intermedio,
cuando es el apropiado, acudiendo.
Soy el gran viajero.
Voy por todos los mundos,
aparezco en tus sueños,
hago realidad tus ensueños.
Ten fe en tu persona,
todo de ti procede,
el impulso para viajar
en tu corazón está.
A cada meditación
siempre puedo acudir,
viajo por el espacio infinito,
el Nuevo amanecer viene conmigo.
Siempre que investigas
algo nuevo en tu vida,
te acompaño;
juntos exploramos.
Te ayudo a vigilar
lo que en ti acontece
para poder desprenderte
de lo que puede dolerte.
Soy la unión más directa
entre tu Ser y Dios,
como parte del camino
este encuentro es conocido.
Quetzalcóatl yo soy,
lo fui y seguiré siendo.
Uno Caña me llamaban,
así me identificaban.
Quiero ayudarte
a reconocer las energías,
tú puedes avanzar
si las positivas aprendes a manejar.
Invócame cuando necesites
estudiar algo místico;
juntos exploraremos,
de ello aprenderemos.
Y si al final decides
que no te gusta esa elección,
con toda tranquilidad
buscaremos otra instrucción.
Es importante en el Nuevo Ciclo
examinar las acciones,
con la mente observarlas
aprendiendo a transmutarlas.
Como buen Caminante estelar
llevo una Brújula Galáctica,
el camino del Profeta orienta,
aprende a manejarte con ella.
Acuérdate de mí, el Caminante,
al transitar el día a día;
el Cielo ha sido, y es,
el objetivo principal de la vida.
Fuente: ondaencantada.com