Entrada publicada originalmente el 03/02/2016 en www.ellamentonovieneacuento.com

Buenos días, viajeros de luz

Hoy es un día especial para una servidora: hace 57 años mis padres se conocían un día como hoy. Aquel día de 1959 era la fiesta del pueblo de mi padre – San Blas – y a mi madre una amiga que aprendía a coser como ella, la había invitado a la fiesta de ese pueblo. El día amaneció nevando y al verlo, mi madre casi decidió no ir «¡¿Qué va a pensar la gente, nevando y yo voy a la fiesta?!»

Ja, ja… Siempre me pareció rara esa frase… ¿qué tenía que ver la gente y sus interpretaciones con la nieve, la fiesta y el disfrute y en definitiva que yo naciera? Hace casi 3 años, unos días antes de mi madre muriera, me cuadraron las cosas pues en una conversación con ella, me reveló (¡menudo velo me quitó!) cómo estaba ella, qué estaba pasando en su vida… justo antes de esa fiesta.

Y entonces la comprendí y desde entonces me voy comprendiendo a mí misma – de a poco – pues todas aquellas vivencias con sus emociones fueron la semilla de lo que hoy soy teniendo en cuenta además que su noviazgo fue de 9 meses – corto para la época – y yo nací a los siguientes 9 meses. Todo en un plis – plas por lo que son parte fundamental de la semilla de la que me convertí en lo que soy.

Y estamos transitando en la onda encantada de la semilla, en el tono 8: hoy mono. Mi símbolo de nacimiento, precisamente. Y para seguir con las sincronías en torno a la semilla y lo que de ella brota de darse las condiciones para su florecer, abro mi facebook y entre los regalos que me llegan, hay un vídeo en el que podemos ver (gracias a la paciencia, perseverancia y generosidad de la persona que lo grabó durante 8 meses) la gestación, el aflorar de un brote de una semilla de roble, un árbol que me encanta por su fortaleza y por la suavidad de sus hojas al aparecer en primavera.

Curiosamente esta onda encantada de la semilla no la compartí en este espacio por razones varias (si lo hice en la página de facebook) y es como si me dieran la oportunidad, en mi día mono, de revisar por mi parte y compartirles a ustedes una entrada muy hermosa que también rescataba hoy sobre la onda encantada de la semilla con un título muy sugerente: «¿Estamos preparados para ser lo que hemos venido a ser?»

¿Estamos preparados para expresar todos los potenciales incluidos en esa semilla a pesar de… a pesar de … a pesar de… ? Durante todo este tiempo de revisión propia y de guiar la revisión de otros, hay ratos y días y casi años que te escondes en las excusas de una familia tóxica (una palabra bien fea para el regalo que es) o de cualquier otra fantasía del ego que se olvida que la potencialidad la tenemos siempre, la usemos o no, a nuestra disposición las 24 horas al día. Que se olvida y se limita a brotar y desarrollarse bajo diseño automático de códigos, creencias y demás componentes.

Una prima mía diría: «es una picardía». Es una picardía que teniendo todos los potenciales, vivamos como si fuéramos «limitaditos». Pues eso, es una picardía, es casi como que lo hiciéramos adrede, por vaguería de ponernos a ello y brillar. ¿Nos asusta brillar?

Ese susto es del programa del ego, de ese mini-yo formado de todo lo aprendido desde siempre, que no tiene otra perspectiva ni percepción que la que ya adquirió, de esa «farsa» que somos cuando no expresamos la chispa divina que todos compartimos por aquello que nos pasó o por aquello que nos hicieron y nos dejó el corazón encogido….Del miedo…

Ale, ale… unas vacaciones pagadas al ego a donde más le guste y mientras tanto se ponen – nos ponemos a quitarnos el polvo de capas y capas para que nuestra esencia prístina y brillante encuentre el camino para surgir, para manifestarse, para emerger y expresarse en todas las potencialidades que llevamos por diseño propio en la semilla de la que cada uno somos el fruto. (Ya saben de la efectividad de la visualización creativa y sentida)

¡Brindo por ello con todos ustedes, viajeros de luz!

Ja, ja, no vale esconderse tras la pregunta del millón «¿y cómo lo hago?» Esa es una pregunta que nos lleva en dirección contraria a la que parece que queremos. En este espacio hay respuestas infinitas a esa pregunta, además. El «¿cómo?» viene de la separación, del miedo, de lo limitado…

La semilla que manifestamos, ya lleva lo que andamos buscando con el «¿cómo?»

Permitamos que se exprese en su totalidad. ¡Si!

Gracias infinitas por esta nueva oportunidad de compartir – me.

¿Estamos preparados para ser lo que hemos venido a ser?

Nos llega el reto para estos 13 días, la energía de la serpiente nos cuenta la historia de nuestro cuerpo físico, de nuestros apegos, de aquello que fue y aún soportamos en nuestro campo energético, de restaurar nuestra fuerza vital para afrontar el crecimiento que nos demanda nuestra esencia, que es el de florecer con las circunstancias que nos ha tocado vivir, es momento de dejar de sobrevivir siendo alguien que no somos para despertar y vivir lo que nos toca por derecho cósmico aquí en la Tierra.

Si prestamos atención a sobrevivir es que hay algo que no acaba de cuadrar, y pueden ser apegos inconscientes que no nos permiten crecer, que nos mantienen anclados en la cáscara de la semilla, que no permiten que nos sincronicemos con nuestra esencia, que nunca encontramos el momento ideal para dejarlos ir que viven con nosotros y nos van restando energía vital para quedarnos inmóviles cerrando la puerta a las sincronías que nos pueden marcar el rumbo hacia nuestro florecimiento consciente.

La fuerza de la vida vibra en nuestro interior, es el momento de dejarla salir para que nos impulse a discernir que cargas y aprendizajes son nuestros y cuales no lo son. No podemos seguir sosteniendo las cargas de los demás, porque es la excusa más eficaz para olvidarnos de nosotros mismos. Entender que el amor verdadero es el que se profesa uno hacia si mismo, no es fácil cuando ves al otro sufrir, pero es necesario para nuestra estabilidad física, mental y emocional.

Despertar nuestra conciencia esencial, pasa por prestar atención a nuestro cuerpo físico, tomar consciencia de sus avisos y mensajes nos ayuda a definir nuestro realidad presente; seguir nuestros instintos nos aúna con el cuerpo, pero cómo no estamos acostumbrados a escuchar, muchas veces los pasamos por alto y después, vienen las consecuencias. Decidamos pues, conscientemente que camino queremos tomar.

El regalo para estos 13 días es descubrir nuestro verdadero potencial, despertar la energía tierra y activar nuestros instintos, nuestro crecimiento necesita de la estabilización de nuestros cuerpos energéticos, por lo que debemos tomar consciencia de ellos y aprender a sentirlos en toda su dimensión. Nuestro cuerpo físico es el que nos ancla con la Madre Tierra, dejemos que la energía fluya libremente hacia la luz, abramos nuestro canal y retemos a la oscuridad para florecer a un nuevo Yo, nuestra esencia está preparada para florecer, ahora sólo nos queda preguntar… ¿ Estamos preparados para ser lo que hemos venido a ser?