Entrada publicada originalmente el 25/03/2017 en www.ellamentonovieneacuento.com
En el centro donde una servidora hace la consulta tanto de bio como de medicina china, una de las colaboradoras – super práctica entre otras muchas cualidades – cuando es hora de poner títulos o de informar sobre algún curso, siempre me aconseja no emplear por ejemplo la palabra “cambio” porque dice que a las personas nos asusta el cambio.
Y así lo creo igualmente por lo que desde que la conozco esa palabra – “cambio” – la he dejado fuera de mi vocabulario, al menos en consulta. Mi faceta de filóloga – nada ortodoxa por cierto – está cada día más presente en mí y así veo que “cambio” parece que deba ser instantáneo y además estamos acostumbrados a que los médicos cambien un órgano, cambien un … . Es como que el cambio nos lo producen desde fuera y no es nuestra responsabilidad: vamos al mecánico y nos cambia una pieza por otra. Así pues pareciera que esperamos que alguien, el terapeuta, un mago, un hada, Dios, La Fuerza… con una varita mágica produzca ese “cambio”.
En el fondo sabemos que no es verdad, que va a implicarnos y que va a requerir X, B, o Z, es decir: re-visar nuestras creencias, re-capitular la historia de nuestra vida, re-enfocar nuestra percepción, intencionar en un desarrollo de consciencia y no en tener razón, en que – por fin – nos reconozcan y nos valoren… es decir, va a requerir de acciones diferentes a las que hemos realizado hasta ahora y eso…le da pavor, le pone los pelos de punta a nuestro inconsciente: lleno de creencias, de soluciones biológicas, de miedos biológicos – el cambio está en el nº1 del ranking de miedos de nuestro cerebro reptiliano, ja,ja… imagínense la de maniobras con zancadillas que el ego “miedoso” nos pondrá en el camino!
¿Alguna vez se han preguntado cómo serían, cómo actuarían si ya se hubiera dado ese “cambio” deseado y temido? Vayan, vayan… hagánsela… a ratos hasta te mareas del susto porque “ya estar cambiado” supondría ¡uau… de tó! Y cuando ese “de tó” puede implicar cambio de trabajo, de pareja, de lugar de vida… no quieres ni mirar por la cantidad de pasos y acciones que tu “ego” te recuerda tendrías que llevar a cabo para que eso se diera y encima con la consecuencia de quedarte sola, de no saber qué hacer… ¡Bueno, el panorama que te pinta es estremecedor!, ja, ja. ¿O no?
Claro, si has nacido en una familia, en un “terreno” donde el “cambio” era bienvenido porque sabían que siempre era presagio de nueva vida… todo eso no se dará. Sin embargo, por lo que puedo ver fuera y sentir dentro… el porcentaje de “más vale lo conocido – aunque sufra –“ que no es consciente siquiera … gana por goleada.
Y entonces cualquier cosa que le proponga un “cambio” produce una división de fuerzas internas que no lleva a buen puerto.
Por eso, en los cursos, en consulta… utilizo conscientemente “transformación” porque en esa palabra hay incluidas otras que sin entrar en profundidades implican “paso a paso” “perseverancia” “formación” “más allá” y sobre todo que te conecta más a tu hacer… eres tú mismo el transformador… La transformación no viene desde fuera sino que se construye desde dentro y esa construcción requiere poner ladrillos, dejar espacio para las ventanas, formarte en cómo hacer un buen tejado para que no acumule agua y haya goteras… es decir, hay trabajito que hacer, propio. Y vas a ver el proceso de a poco, como el que eras se va transformando porque va transformando la percepción que transformará las acciones y las vivencias. Y es en ese orden… ya puedes hacer cosas diferentes que si el “desde dónde” miras es el mismo… la transformación no se dará. Por eso, el proceso empieza en ti mismo, por ti mismo, con lo tuyo, para lo tuyo… porque de eso dependerá el cómo te ofrezcas en el mundo, cómo te relaciones con tu interior, con los demás y con el Todo. No hay atajos ni lo puede hacer nadie por nosotros por más que deseemos que de la noche a la mañana y en un sueño llegue un hada con una varita mágica y provoque el “milagro”.
Ja, ja, ahora que lo estoy escribiendo pienso que precisamente tenemos un “mago” en nuestro interior: ¡nuestro “estó – mago”! que es el que primero digiere “formalmente” lo que comemos, lo que sentimos, lo que vemos, lo que … ¡menudo curro, menos mal que es un mago! Así que la posibilidad de magia la llevamos puesta, de fábrica y el inconsciente tiene esa virtud de creer lo que imaginamos, lo que visualizamos, lo que creamos y sentimos… por eso… ¡no hay excusas ni siquiera por ese lado, ja, ja!
En este espacio hemos compartido mucho de Akasha Sanación Integral (es genial la información que brinda, la profesionalidad que ofrece: cuando necesito saber la descodificación de algo raro siempre es ella la que ya ha publicado sobre ello) y en muchas muchas ocasiones dice lo que pienso pero que todavía no he puesto en palabras y menos en escrito. La entrada que comparto habla de ese cambio y de la pregunta del millón que los mentales, los racionales hacen – hacemos cada vez que alguien nos brinda qué significa esto o aquello que nos pasa “ya, si, lo entiendo pero ahora qué hago” o la siguiente que es la siguiente trampa en la que nos mete el ego “ya, si, ya se pero eso ¿cómo lo hago?” Y ahí, cuando esas preguntas se dan – y se dan a cada rato – el proceso del cambio (transformación) está casi anulado.
Y es que resulta que no hay qués ni cómos que valgan – y los hay a millones si te pones a buscar – si debajo no hay un posicionarse con otra consciencia. Y “¿ahora qué hago?” o “ahora ¿cómo lo hago?” provocan una división de fuerzas instantánea – para empezar – y te alejan del protagonista del proceso que somos cada uno de nosotros en el momento en el que estemos.
Como he sido y sigo siendo – a ratos – mental y racional, conozco bien esa pregunta y la energía que provoca en nuestro interior. Por eso, en los talleres – en las consultas es más complejo – el foco es el SENTIR para el que nadie nos educó.
Focalizamos en el desarrollo propio y desde nuestro propio interior de ese posicionarnos con una consciencia ampliada para identificar, para re-visar, para comprender, para liberar, para … lo que sentimos, lo que nos pasa, lo que repetimos, lo que heredamos… Y para ello utilizo herramientas desde las culturas y disciplinas que he ido aplicando en mí y he integrado para mi vivir. Dos de ellas son la bio (descodificación, neuroemoción o como quiera que lo llamemos) y la medicina tradicional china pues esta última nos provee de prácticas sencillas, muy poderosas y eficaces para regular nuestra energía interna que será la que atraiga las vivencias que tenemos: desde lo sutil se produce la transformación de lo denso dice el mago Parise y eso no lo he olvidado desde que se lo oí y yo me estaba formando en qigong pues yo veía que la “simple” práctica de ciertas movimientos intencionados con arte había modificado ya facetas que necesitaba que brillaran con su brillo propio, sin el lastre de programas y creencias. Y se había dado sin el trabajo mental. Un bio – descodificador natural. Ale, así, de regalo. De regalo, el resultado, claro… porque el autor eres tú… Sin tu presencia y práctica… el resultado no se da… y a lo mejor hasta podríamos decir “es que no funciona”. Ja, ja… ponte hacerlo y luego hablamos. Cuando lo hagas.
Por eso, los talleres son para que uno mismo vaya aplicando las herramientas y para que cada uno tome las riendas de lo suyo desde el sentir, para que en un momento dado si tengo un síntoma o estoy viviendo una relación tóxica por poner, tenga los recursos y sepa aplicarlos a mi propio caso. Eso significará que ya no pongo excusas y que ya sé que todo parte de mi visión del mundo (y claro que me han ocurrido cosas más o menos duras o claro que puedo haber heredado este o aquel programa) pero resulta que por arte de magia ni siquiera dos personas que viven lo mismo lo viven igual así pues todo depende de cómo lo viva y eso depende de cómo lo perciba y eso depende de qué creencias, programas… pues ale… al origen.
Cada uno vamos encontrando las herramientas y los recursos que nos acompañan en ese proceso… Yo enseño los que he ido integrando pero ni de lejos son los únicos, claro.
El próximo 8 de abril haré un taller en Vila-real (Castellón) bien práctico con el propósito enseñar 3 prácticas que utilizamos en consulta para aplicárnoslas a nosotros mismos y así comprender y liberar. Les comparto también el cartel para que los que estén cerca puedan aprovechar esta oportunidad de no volver a tener excusas ja, ja.
Y ya sin más (que hoy ha salido un poco largo) les comparto la entrada de Akasha que seguro les va a remover e incluso a algunos les saldrá sarpullido, ja, ja. Es natural. (los subrayados y negritas son de una servidora)
Gracias por la maravillosa oportunidad de compartir y compartirme. Un placer y un honor.
Imagen en diariodepalabras.wordpress.com
ES COMO TÚ LO VIVAS.
Durante ya varios años y a través de muchas experiencias distintas, he podido identificar algunas situaciones que, cuando menos a mí, me disparan un gran malestar, una gran angustia, un gran recelo, un gran enojo.
Del mismo modo, cada uno de los seres humanos de éste planeta, tiene distintos modos de vivir sus impactos emocionales, por lo que fácilmente, conoce sus «detonantes».
En Biodescodificación, hablamos mucho de «tomar conciencia«, de «cambio«, de «nuevo paradigma» y suena bonito sí, pero para acabar pronto, yo podría decir que ninguno de esos términos, es bien «entendido» o «comprendido» por la mayoría de las personas, y la prueba está en que a diario centenas y centenas de personas, todavía hace la pregunta de:
«Ya sé qué fue lo que me pasó, ahora qué hago».
Cuando cualquier persona hace ésta pregunta, sólo significa dos cosas:
- Son muy racionales y además, piensan que la solución viene de afuera.
- Son muy débiles, les gusta ser víctimas y les gusta que los demás los ayuden, orienten, saquen adelante y sanen.
La Biodescodificación es casi un 90% de trabajo personal, de trabajar en mí, en mis miedos, en mis angustias, en mi carácter, en mi forma de reaccionar, en mi forma de ver la vida, el mundo y mi futuro.
El otro 10%, corresponde al Biodescodificador, que te dice, qué has vivido mal, qué suceso te ha detonado la enfermedad.
Y te puede «acompañar», sí, pero no esperes que él decida los cambios que tú sabes que debes hacer.
A todo esto, debemos añadir la característica principal de los seres humanos, y es que piensan, creen, o están seguros, de que ellos, su caso, su situación, es “diferente”.
Entonces, ante una explicación simple, siempre tendrán la “duda”, de que posiblemente, en ellos funcione distinto.
Y pueden tener un problema en el hígado, un problema en la piel, un problema en el oído, o un problema con alergias, (lo que sea), y una vez escuchada la explicación, todavía preguntarán si en ellos es lo mismo o es diferente.
Éste pequeño gran detalle, sólo es una reacción del subconsciente, para rebelarse, para encontrar pretextos, para no sanar, porque sanar implica cambio.
Me ha ocurrido, que en textos, artículos y consultas, comento que piel es separación, es no sentirme protegido, sentirme desprotegido, etc. Y claro, que dependerá de qué parte del cuerpo tenga “dañada” la piel, para complementar el significado.
Ah, pues luego de eso, todavía hay personas que preguntan, que si la piel del brazo es lo mismo, o de la rodilla.
Ni hablar.
Volvamos al cómo lo vivo yo.
¿Recuerdan cuando en su infancia, hacían alguna travesura?
Algunos rompimos vidrios con la pelota, otros más rompieron una maceta, tantos otros perdieron el cuaderno o bien, dejaron el baño sucio con talco y pasta de dientes por estar jugando a la química.
¿Recuerdan cuando su mamá o su papá o quien haya sido, llegaba a darles tremenda regañiza?
Algunos de nosotros, nos quedábamos serios, otros más lloraron, otros más se enojaron, tantos otros sólo sonrieron.
Cada uno de nosotros “vivió el regaño de manera diferente”.
Así, vamos creciendo por la vida, acumulando miedos, expectativas, creencias y de pronto, un día, descubrimos que “no tener el amor de una pareja”, me tiene deprimida.
Pero ¡ojo! También descubrimos, que si alguien nos hace caso y de pronto tengo pareja, yo vivo un miedo brutal a que me abandone.
Yo sé que tengo un detonante allí, que ese es mi talón de Aquiles, que por ahí soy vulnerable.
Si de pronto, yo vivo un cáncer de seno, un problema en la piel, dolores en el hombro, y un biodescodificador te dice que fue a causa de un problema de “separación” sentimental de tu pareja, no cabe que preguntes “qué tengo que hacer”. Lo que deberás hacer, es trabajar en ti, en tu miedo al abandono, en tu dependencia emocional, en tu carácter debilitado, en tus expectativas.
Tal vez meditando, tomando clases de yoga, estudiando algo nuevo, saliendo más con tus amigas, etc.
Eso justamente es trabajar en uno mismo, eso es tomar conciencia, aceptar que eres vulnerable en cuestiones de amor, aceptar tus debilidades y trabajar en ellas.
Si de pronto, yo vivo un problema en la vesícula, y un biodescodificador te dice que fue a causa de una vivencia de mucho rencor, lo mismo. No puedes preguntar qué hacer.
Tú sabes qué tan rencoroso eres, tú sabes que no perdonas a profundidad, tú sabes que dices estar bien estando mal, tú sabes que eres caprichoso, que te gusta hacer las cosas a tu modo y que no te sienta bien que te critiquen.
Eso es lo que debes cambiar, tu carácter, tu manera de reaccionar, deberás encontrar armonía en tu vida, rodearte de personas que te hagan sentir bien, comenzar a perdonar.
Y así, con todos y cada uno de los síntomas o enfermedades, no hay más.
Hay personas, que viven juntas inclusive, la misma experiencia y no enferman ambos, aunque podría ser claro, por lo general, sólo enfermará, la persona para la cual, dicha vivencia haya resultado un detonante para cierto comportamiento o característica emocional que ya tiene.
Y la gran ventaja de la Biodescodificación, es que no está peleada con ninguna terapia alternativa, por lo que puedes conjugarla con yoga, con meditación, con ejercicio, con ho´pono pono, con Reiki, con curso de milagros, con temazcal, con biomagnetismo, con constelaciones, con lo que quieras.
Pero siempre, buscando sanar tú, tus pensamientos, tus miedos, tus expectivas, tus creencias.
Y ya, cuando tengas clara tu situación real, tendrás definido también, qué tan tóxico es tu hogar o qué tan favorable lo es para tu cambio, para tu sanación, para salir de ésta.
Luego platicaremos más de las enfermedades en niños y las transgeneracionales…
Akasha Sanación Integral
Fuente: https://www.facebook.com/ElizabethRomeroS/posts/1373639319397609