Entrada publicada originalmente el 14/04/2017 en www.ellamentonovieneacuento.com
Uau…12 días sin escribir. Qué gracia que coincida con toda la onda encantada de la luna, en la que nos correspondía purificar las emociones, como hace el mar en su constante movimiento. Es como que había tanto que vivir que no daba para re-sumir y contarlo. Hoy es el día de culminación de esa onda, el tono 13, el de la trascendencia: cómo vamos a trascender el camino de purificación de esas emociones y precisamente la respuesta nos la da el primer sello, el del dragón.
Esas cositas que tiene la magia de la vida, como que la culminación se hace desde el principio. Luego ya cada uno que saque sus propias «consecuencias».
En estos 12 días sin escribir ha habido tantas vivencias que tendría para un libro. Hoy comenzaré por el taller: Hace una semana justo todavía estaba nerviosa por el curso – es marca de la casa la de los nervios, ja, ja -. Aunque tenga claro de qué voy a hablar… hay una punta de inquietud siempre porque todavía no lo he verbalizado y te queda la duda incesante de «la forma de decirlo». El Finder siempre me recuerda que «no preocupar, ya lo has vivido, tu espíritu sabrá cómo decirlo».
Y así es: el sábado 8 y el curso en particular fue un día mágico donde los haya. El grupo que escuchó la llamada de su corazón y atendió al taller fue una maravilla: 18 personas con ganas de tomar la «sartén por el mango» desde el amor y responsabilizarse de su propia vida. Por ello, puse el título de taller de Auto – bio – descodificación. Auto que nos resuena además con «autonomía» propia, fundamental para vivir.
En mi experiencia personal, al menos, llego más lejos, entro más profundo… cuando la herramienta la utilizo yo, a mi aire y desde la espontaneidad del momento oportuno que nunca se sabe cuál es hasta que lo vives. Personalmente, cuando he ido a consultas de bio y me han hecho algún protocolo de los que utilizamos en las consultas … no he sentido tan profunda y auténticamente como cuando los hago porque me brota. Por eso, me parece tan enriquecedor transmitir, enseñar y dotar de herramientas que cada uno después llevará a cabo según necesidad y según su propio espíritu le guíe y que además le alejará de la sempiterna pregunta de cómo lo hago así como de la necesidad de que otro te lo haga.
Es la primera vez que enfocaba el curso como lo hice en esta ocasión: hacer los protocolos globalmente, todos a la vez para que el ego de cada cual no pudiera prepararse para cuando «me toque la vez» de hacerlo a mí delante de otros. ¡Qué energía maravillosa fue creciendo en la sala!
Amén, claro, de que les enseñé y practicamos un «circuito puesta a punto energético» con resonadores de medicina china que sé por vivencia personal que nos equilibra, armoniza y favorece a disponernos desde nuestra autenticidad verdadera. Es el mejor bio – des – programador natural que conozco y muy eficaz para personas «mentales», racionales a los que les-nos cuesta sentir pues todo lo pasan-pasamos por el filtro de la mente racional y las consiguientes carpetas inconscientes.
Mañana, que iremos al campo, grabaré un pequeño vídeo resumen de ese «circuito puesta a punto interno» que les he prometido a los asistentes – y que compartiré después aquí también para que ustedes también puedan ir haciendo su «poquito» en aras de esa armonía interna que se expresará en pensares, sentires y haceres armónicos y lúcidos, naturalmente, sin tener que pasar por el filtro de lo racional. Un regalo que la bendita tradición oriental nos brinda y que me complace compartir y transmitir.
Desde aquí quiero agradecer su buen hacer generoso al equipo maravilloso que en esas tierras del este siempre brota espontáneamente. Es un placer y un honor compartir – os – nos y un regalo de «tranquilidad» para mí «inquietud natural».
Y por supuesto al Cielo que supo guiar a esas 18 únicas e intransferibles personas y a una servidora a sentir, a sentir – nos gozosamente. En las consultas que hice después del curso y en la ronda de expresarse cada uno… todos compartieron ese sentir de placidez, de paz que habían sentido en la práctica. Y además, desde aquí, les recuerdo que ahora ya saben cómo volver a sentir pues saben los pasos y los han vivido ya. Lo sé porque puedo re-sentir esa energía de amor y paz que vivenciamos… solo con cerrar los ojos y ponerme allí de nuevo.
A todos y cada uno de vosotros gracias, gracias, gracias… por la vivencia y la oportunidad.
Y a todos y a cada
uno de ustedes, gracias infinitas por la constante oportunidad que me brindan de compartir y compartirme. Un placer y un honor que alimenta mi alma.
Siempre nos pasa igual… nos emocionamos tanto con las vivencias que se nos olvidan las fotos. De mí, he rescatado una instantánea que refleja muy bien mi sentir y la energía del grupo.