¡¡AY, LAS CREENCIAS y sus cositas!!!

Entrada publicada originalmente el 01/02/2018 en www.ellamentonovieneacuento.com

¡¡Ay las creencias!! ¡Vaya temita, ja, ja!

Si de verdad comprendiéramos el alcance de nuestras creencias, nos quedaríamos alucinados porque gran parte de lo que creemos como muy propio, como que yo soy así… forma parte del acervo de frases escuchadas en la niñez, en los primeros años en la familia, en la escuela, en la calle, en la tele (uy, la tele) … amén de las recogidas en el transgeneracional.

Un día, en una playa, me estaba secando los pies para calzarme  y escuché a un niño que decía a su hermanita “no, no se puede ir hasta cerca del agua, ¿verdad mamá?” y la mamá dice “si cariño, no se puede ir hasta cerca del agua” y mira al papá y le dice : “mira, se queda con lo que le digo”.

¿Se queda? Ja, ja,  esas frases escuchadas sin filtros… ¡son órdenes para tu cerebro y por lo tanto para tí!. Digo sin filtros porque como dice Bruce Lipton, en los primeros años funcionamos a una frecuencia parecida a la que se está cuando está bajo hipnosis: no hay filtros, todo se graba, todo.

Las creencias son órdenes a cumplir y la base de la percepción de cada uno.

Y no al revés. No es que porque me encuentre que me roban muchas veces que creo que el mundo es malo, que hay que tener cuidado porque te pueden robar. Sino que porque creo eso, (y lo creo así porque seguramente lo oí mil veces en casa en un periodo que a nivel neurológico estoy como hipnotizado, que es en los primeros años de mi vida, y lo asumí como cierto y por lo tanto una verdad y por lo tanto una ley…) es que yo miro y vibro con esa frecuencia de “desconfianza” y ¿qué voy a atraer? Pues vivencias que confirmen y resuenen con la frecuencia que yo emano. Ni más ni menos.

Es decir, si creo que “no puedo, que no soy capaz, que soy tonto, que soy listo, que soy …”, todas mis células lo sentirán así y veré todo lo de fuera y todo lo de dentro con esas gafas y me forzaré (¡atentos, me forzaré, forzaré al Campo Cuántico!) a vivir aconteceres donde confirme que yo no soy capaz, que soy tonto, que soy listo, que soy… lo que crea que soy o que la vida es de esta o aquella manera o que una madre es de aquella o de la otra manera. Son decretos.

Una espiral infinita de confirmaciones y atracciones de más de lo mismo por pura necesidad vibracional. Recibo en lo que vibro ¡Es la repera!

Así pues, ante las ganas de preguntar “Y cómo lo hago?” primero nos daremos el permiso del “qué hago” que es escucharnos pensar, hablar y sentir. Ese es el terreno donde dónde yo voy a descubrir cuáles son las órdenes – en base a mis creencias – que yo le he dado a mi cerebro sin querer o darme cuenta. Son mi tesoro, las semillas que estoy plantando cada día.

Y claro, por eso, a cualquier tentación de riña o de “otra vez”… voy a parar un segundo y a acogerlo como lo que es, un tesorito para mi evolución. Soy mi propia base de datos. Si no sé qué he plantado o mejor qué estoy plantando en cada momento… no sabré nunca el fruto qué va a salir y cuando brote y no sea lo que yo esperaba… ay, me puedo frustrar o quejarme o pensar que todo está mal… No, es que he plantado eso, yo solita.

Eso sí, y para empezar, voy a prestar atención a lo que siembro. 

Atención es lo primero. Escuchar, observar, indagar… no como una obligación, algo que tengo que hacer, sino con ganas de separar la paja del grano y por fin, ser tú mismo y volar tu vuelo.

Es verdad, requiere de tu colaboración, ja, ja… sino, la magia no se produce por muchos libros que leas, cursos que sigas…

Y hoy, precisamente es Mago en la onda encantada maya por la que transitamos, Mago resonante. Ole por la sincronía.

Permítanse ir más allá del “es que yo soy así” – de hecho cada vez que me oigo o siento que voy a decirlo, me paro y digo “a ver, cómo soy? ¿seguro? y ahí empieza un mano a mano genial que va abriendo caminitos.

Un placer, viajeros de luz. Buen camino.

Les comparto una entrada que me llega a través de Violeta Zurkan y su red a propósito de las creencias. Accedan a ella, haciendo click en la estrella o el título

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